El estudio describe "un mecanismo extraordinario de resistencia y la parte más diabólica del cáncer", afirma Rafael Rosell, doctor participante en la investigación y jefe del Servicio de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología (ICO) de Barcelona, España.
La investigación, que se publicó este domingo en la revista Nature Genetics, contó con la participación del ICO de Badalona y de otros centros de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, y fue financiada por la Obra Social La Caixa con 2,1 millones de euros invertidos en cuatro años.
"Es un gran descubrimiento y ahora debemos presionar a la industria para impulsar ensayos clínicos de nuevos fármacos, ya que puede ser útil para otros tumores", explicó.
Los resultados
El equipo internacional de científicos descubrió un nuevo mecanismo de resistencia al erlotinib y el gefitinib, dos fármacos utilizados para un subgrupo de pacientes de cáncer de pulmón que tiene alterado el gen que codifica el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR).
Cerca del 20 por ciento de los pacientes de cáncer de pulmón tiene mutado el EGFR, que aparece sobrexpresado, especialmente en mujeres, tanto fumadoras como no, y que propicia la proliferación de células tumorales.
Actualmente ya existen fármacos en el mercado para inhibir el efecto del EGFR, pero se da la circunstancia que, dentro de este subgrupo, entre el 20 y el 60 por ciento de los pacientes desarrolla resistencias que lastran el tratamiento.
Tras años de estudio, los firmantes de la investigación llegaron a la conclusión de que el principal responsable de esta oposición a los fármacos es el gen AXL, que se observa que está hiperactivo en los tumores de pulmón resistentes a los medicamentos inhibidores de EGFR.
Los investigadores del ICO demostraron que la inhibición del AXL provoca que el tumor pierda resistencia al erlotinib y, por tanto, hace que este fármaco vuelva a ser efectivo.
Un descubrimiento que salva vidas
Según la investigación, este hallazgo da "nuevas esperanzas al subgrupo de pacientes más vulnerable", ya que son siempre casos avanzados y con mal pronóstico.
Lo que por ahora es una nueva esperanza se podrá materializar en tratamientos si la industria farmacéutica apuesta por desarrollar algunos prototipos de inhibidores de AXL que aún no se prueban en ensayos clínicos ni se comercializan.
Aparte de suponer una nueva vía terapéutica, el hallazgo amplía la batería de procesos genéticos identificados que son determinantes en el cáncer de pulmón y que, según Rosell, evidencian cada vez más la necesidad de repetir biopsias durante el tratamiento para controlar si se producen alteraciones en los genes que pueden generar resistencias a los tratamientos.
"El cáncer de pulmón era antes la Cenicienta de los tumores, el que no quería ningún doctor porque tenía muy mal pronóstico, pero el paradigma ha cambiado porque vamos identificando las alteraciones genéticas a través de la biopsia y podemos prescribir el mejor fármaco desde el inicio del tratamiento", concluyó Rossell.
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