La Policía Federal detuvo a tres presuntos narcotraficantes que supuestamente participaron en el secuestro de tres periodistas en el norte de México, en un caso que ha llevado al gobierno a advertir sobre una nueva etapa violenta de los carteles de las drogas.
El comisionado de la Policía Federal, Facundo Rosas, informó este jueves que los tres presuntos miembros de una célula del cartel de Sinaloa fueron capturados el miércoles en el estado norteño de Durango, poco más de una semana después del plagio de los periodistas, ya liberados.
Rosas sostuvo que los detenidos declararon que el móvil del secuestro era "lograr la difusión de sus mensajes a través de los medios de comunicación para denunciar una supuesta corrupción de autoridades locales a favor de los grupos antagónicos".
Los presuntos criminales fueron capturados en dos viviendas de la municipalidad de Gómez Palacio, Durango, donde los periodistas habían cubierto una protesta de reos y sus familiares en el penal local horas antes de ser privados de la libertad.
A los detenidos, presentados a la prensa en esta capital, se les encontró una maleta con una cámara de vídeo de los periodistas.
El presunto líder de la célula, identificado como Jesús Antonio Villa, de 25 años, resultó herido en las piernas durante un tiroteo con la policía federal en la operación para detenerlo.
Tres de los periodistas -dos de la cadena Televisa y uno de Multimedios Televisión- fueron plagiados en una misma acción, mientras que otro reportero, de un diario local, fue secuestrado en otra acción.
Todos habían cubierto la protesta en el penal de Gómez Palacio el 26 de julio, durante la cual los reos pedían la restitución de la directora de la prisión, Margarita Rojas Gutiérrez, detenida por presuntamente haber permitido la salida de internos para cometer asesinatos.
Los camarógrafos Javier Canales, de Multimedios Televisión, y Alejandro Hernández, de Televisa, fueron rescatados el sábado por agentes federales, mientras que los reporteros Héctor Gordoa, de Televisa, y Oscar Solís, del diario El Vespertino, habían sido liberados por sus captores días antes.
Poco después de los plagios, los secuestradores pidieron a los empleadores de los periodistas que transmitieran vídeos en que dos policías y dos civiles eran interrogados, y se acusaba a funcionarios de favorecer a la pandilla de los Zetas.
La televisora Milenio, que pertenece a Multimedios, transmitió los tres segmentos de 15 minutos el martes.
Las autoridades precisan que una disputa entre los Zetas y el cartel de Sinaloa ha incrementado los actos de violencia en la región limítrofe entre los estados de Durango y Coahuila.
El jefe de la división de Seguridad Regional de la Policía Federal, Luis Cárdenas, dijo que aún se investiga quién ordenó el secuestro, aunque los detenidos dijeron en sus primeras declaraciones que el autor intelectual habría sido el jefe del cartel de Sinaloa en Gómez Palacio, no identificado.
El cartel de Sinaloa es encabezado por Joaquín "El Chapo" Guzmán, uno de los barones de las drogas más buscado en México.
Cárdenas dijo que la captura de los presuntos plagiarios establece el precedente de que "cualquier persona que se meta con un grupo de civiles será detenido por la Policía Federal, pueden ser periodistas o pueden ser empresarios, o quien sea".
Grupos que luchan por la libertad de prensa sostienen que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Más de 60 periodistas han muerto desde el 2000, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y muchos otros ha sufrido el acoso y las amenazas de narcotraficantes.
El presidente Felipe Calderón indicó que hechos como el secuestro de periodistas refleja que los carteles no tienen "límite ni escrúpulo moral" y han escalado su violencia a nuevas etapas.