“Es el terror de la comuna de San Javier, el que venía generando intimidaciones a los establecimientos de comercio y rutas de buses, tendrá que responder por extorsiones y homicidios”. Así habló el Director Nacional de la Policía, general Rodolfo Palomino, en contra de Ronald Rolando Echavarría Arango, alias “Ronald” o “el Zarco”.
Con apenas 27 años, este hombre es el presunto cabecilla de la “Odín San Javier”, una especie de confederación que agrupa a varios combos de la comuna 13 de Medellín. Sería, además, uno de los enlaces de la organización mafiosa “los Urabeños” en la capital antioqueña.
Su captura se realizó este fin de semana en el municipio de Apartadó, de acuerdo con el general Palomino. El informe oficial del caso señala que “Ronald” “figura como responsable del reclutamiento de menores de edad para el cobro de extorsiones, homicidios selectivos, hurto de vehículos, desplazamiento forzado, tráfico y venta de estupefacientes”.
El general Humberto Guatibonza, director Antisecuestro y Antiextorsión, agregó que tendría bajo su mando a 180 delincuentes y también está siendo investigado por los peligrosos préstamos “gota-gota”.
El ascenso en el crimen
Fuentes judiciales consultadas por El Colombiano indicaron que “Ronald” al parecer se inició en el bajo mundo como cobrador de extorsiones en los barrios El Socorro y Antonio Nariño. Participó, supuestamente, en el exterminio de “los Cuquitas”, el combo que antes mandaba en la zona.
Uno de sus primeros jefes fue alias “Toño”, conocido en el ámbito judicial porque fue detenido en el caso del humorista Jaime Garzón, sospechoso de conducir una de las motos de los sicarios que lo mataron en Bogotá (1999). Al ser liberado por falta de pruebas, lo asesinaron.
“Ronald” ascendió hasta convertirse en el presunto cabecilla del combo “la Agonía” y cobró relevancia durante la guerra de combos que azotó al Valle de Aburrá (2008 a 2011). En esa pugna fue aliado de “Valenciano”, uno de los capos de la banda “la Oficina” que luchaba por el control criminal de la región; hizo la guerra contra el patrón rival, apodado “Sebastián”, y sus delegados en la comuna 13, agrupados bajo la “Odín Robledo” que comandaba “Carlos Pesebre”.
El 9 de febrero de 2009 fue capturado por la Policía durante un allanamiento a una propiedad del municipio de Itagüí. Estuvo en prisión hasta finales de 2012, cuando salió para ponerse al frente de la “Odín San Javier”, tras las caídas de sus dos líderes: “Georgi” (asesinado) y “Chito” (capturado).
Al regresar a la calle, Echavarría Arango encontró un escenario criminal diferente. Ahora la pugna no era entre dos capos de “la Oficina” (ambos están hoy extraditados), sino entre una parte de esa estructura y “los Urabeños”.
Al parecer escogió el segundo bando y se convirtió en uno de sus principales socios en Medellín, a tal punto que, según información de Inteligencia, participó en la cumbre delincuencial del pasado 13 y 14 de julio en una finca de San Jerónimo, en la cual se selló un acuerdo de mafiosos para reducir los enfrentamientos y repartirse el reino del hampa en el Valle de Aburrá.
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