El régimen de Pekín pidió este jueves a la comunidad internacional que permita a Siria resolver sus propios problemas, tras oponerse, junto a Rusia, a una declaración propuesta por Europa de condena a Damasco por la represión ejercida contra manifestantes pacíficos.
"Las diferentes partes no lograron alcanzar el consenso", señaló en rueda de prensa el portavoz de turno de la cancillería, Hong Lei, quien añadió que "China participó en el diálogo con una actitud constructiva", tras la propuesta de la Unión Europea en el Consejo.
El portavoz chino agregó que su gobierno "cree que todas las partes en Siria deberían resolver sus diferencias a través del diálogo político, tratar de forma apropiada la actual crisis, y mantener la estabilidad y el orden social".
China ha censurado en su territorio cualquier información sobre la "primavera árabe" y ha puesto en marcha una tenaz campaña de represión interna tras producirse llamadas anónimas en internet a emular las protestas en el norte de África y Oriente Medio.
La condena al régimen sirio fue propuesta sin éxito por Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal, los cuatro países de la UE que se sientan en el Consejo, aunque encontraron la oposición de Rusia y China, dos de los miembros permanentes con derecho a veto, y del Líbano.
La falta de acuerdo llegó incluso después de que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenara la violencia de Damasco contra los manifestantes y pidiera una investigación al respecto.
China consigue la mitad del petróleo que consume de los países de Oriente Medio, por lo que desde que se desató la "primavera árabe" se ha abstenido de condenar a regímenes como el libio y, ahora, al sirio.
