La interfaz es limpia y las páginas cargan rápido. Es el sello indeleble de Google que dejó ver a Chrome, su nuevo navegador gratuito.
En menos de 24 horas, desde el pasado martes cuando apareció el beta, el debutante ya había registrado 6,5 millones de descargas, en una suerte de ataque de pirañas cibernéticas, que probaban las bondades frente a sus rivales: Internet Explorer y Firefox.
Pero, ¿por qué tanto ruido? En realidad, contar con un navegador propio tiene importancia estratégica para Google, como afirma Alberto Arébalo, director de Comunicaciones y Asuntos Públicos para América Latina de Google. Y la tiene porque todos los servicios de Google están en la web, por lo que siempre había que pasar por Explorer u otro, para llegar a cada una de las aplicaciones.
En este escenario, "los sistemas operativos van a ser menos relevantes porque no va a importar cuál sistema se tenga, pues siempre se va a acceder a los videos, la música, los datos y la vida propia en la web", precisa Arébalo.
Agrega que querían "tener un navegador a la altura de la nueva internet".
Aunque suene enigmático, tiene que ver con las aplicaciones robustas y potentes que se esperan en el futuro. Para ello incorporaron un motor rápido de JavaScript, "el lenguaje que más se usa en la red", apunta Arébalo.
Abierto a colaboración
Aunque Francisco Cárdenas, coordinador de Innovación e Investigación de Tribal Colombia, es usuario de Mac, de Apple, la curiosidad se impuso y accedió al PC para ver a Chrome.Además de encontrarlo veloz, se sorprendió con la manera de administrar el uso de la memoria que se enfoca en el rendimiento de cada uno de los tabs (pestañas) como sesiones independientes.
Horas después del lanzamiento del beta, ya se podían encontrar modificaciones en la presentación del Chrome.
Cárdenas cree que el hecho de que el proyecto se abra a los desarrolladores "hará más robusta la experiencia de usuario".
Una iniciativa que ya se ha probado en otros proyectos de Google, como Android, la plataforma para desarrollo en móviles.
De acuerdo con voceros de Google, se ha liberado más de un millón de líneas de código para que la comunidad mejore las aplicaciones y ayude a encontrar vulnerabilidades.
Esta filosofía de crear plataformas abiertas también se sintoniza con Mozilla y Firefox, con las que Google renovó recientemente su acuerdo de colaboración.
Una corriente que está inserta también en Opera y Safari y que, de acuerdo con la opinión de Cárdenas, pretende "volver más humana la web, en especial desde el punto de vista de quienes producen y consumen los contenidos". Y aunque hay quienes podrían pensar que ya casi nada le falta al gigante Google para penetrar en todos los rincones de internet, el hecho de que Chrome sea gratuito y de acceso voluntario presupone quizás una batalla por la preeminencia en la que el usuario tendrá más opciones.
Algo que no descarta ni el omnipresente Google. Tal como dice Arébalo, "la competencia está a un clic".
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