Los responsables de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), uno de los centros académicos de más prestigio en el campo del cambio climático, ocultaron errores en la recopilación de datos que fueron clave para cimentar la teoría de la influencia humana en el calentamiento global de la atmósfera.
Así lo informó este martes el diario británico The Guardian, que vuelve a poner en el centro de la polémica al profesor Phil Jones, el responsable de la Unidad de Cambio Climático (CRU) de la citada Universidad, en torno a la que se generó el llamado Climagate en vísperas de la cumbre de Copenhague el pasado mes de diciembre.
Entonces, el robo de una serie de correos electrónicos a Jones reveló, según los escépticos sobre el cambio climático, que se ocultó información al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) para no sembrar dudas acerca del efecto del dióxido de carbono (CO2) en la temperatura del planeta.
Lo que The Guardian añade ahora es que miles de correos electrónicos y documentos de la Universidad que también fueron pirateados demuestran que una serie de mediciones de temperaturas tomadas en estaciones meteorológicas en China contenían graves errores que fueron ocultados de manera intencionada.
Según esta información, Jones no difundió los errores cometidos por unos de sus colaboradores, el profesor Wei-Chyung Wang, de la Universidad de Albany (Estados Unidos), pese a que otros colegas le advirtieron de que "había metido la pata".
Estos supuestos intentos de ocultar errores en los datos sobre temperatura en China demuestran, según el diario británico, la relación entre el Climagate y el IPCC, ya que un estudio basado en esas mediciones defectuosas sirvió para que este organismo de la ONU advirtiera de los peligros inmediatos del cambio climático.
La información llega en un momento delicado para el IPCC, acusado también recientemente de no haber comprobado con el debido rigor los datos de una investigación que pronosticaba que todos glaciares de la cordillera del Himalaya se derretirían para el año 2035.
The Guardian denuncia que la Universidad de East Anglia ha rechazado sistemáticamente las peticiones de difundir los documentos elaborados por la Unidad de Cambio Climático que dirigió Jones hasta diciembre.
Los datos en cuestión son una serie histórica recogida en estaciones meteorológicas en China sobre las variaciones de temperatura en el último medio siglo y aparecieron por primera vez publicados en la revista científica Nature, y fueron utilizados por el IPCC como uno de los elementos clave de su hipótesis.