Un equipo de biólogos colombianos y mexicanos descubrió una nueva especie de escorpión que tiene como hábitat bosques de niebla y que por procesos evolutivos perdió sus ojos principales, lo que hasta ahora era una característica de sus similares que viven en cuevas.
El hallazgo partió del estudio de un ejemplar de la colección del Claustro de San Agustín, sede del Instituto Humboldt en la población colonial de Villa de Leyva (Boyacá).
El descubrimiento "fue fortuito", aseguró a Efe en Bogotá el biólogo e investigador colombiano Ricardo Botero Trujillo, que se interesó por ese animal, de solo dos centímetros de longitud, color anaranjado y sin ojos medios o principales.
El ejemplar fue colectado en 2000 en la Reserva Natural La Planada, área privada de protección de 3.300 hectáreas de extensión y situada en Ricaurte, localidad del departamento de Nariño.
Los análisis
Botero entró en contacto con su colega mexicano Óscar Francke, curador de la Colección Nacional de Arácnidos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y es experto en escorpiones troglomórficos, es decir, "con adaptaciones a la vida en ambientes subterráneos".
"Conjuntamente miramos la morfología, analizamos los grupos troglomórficos y concluimos que coincidía con esta especie de escorpiones", explicó el biólogo colombiano, vinculado como investigador de apoyo con el Departamento de Biología de la Pontificia Universidad Javeriana, de Bogotá.
Los biólogos establecieron que este escorpión pertenece al género Troglotayosicus Lourenço, grupo del que solo se conocía de manera previa una única especie, la Troglotayosicus vachoni Lourenço, descubierta en 1981 a partir de un ejemplar encontrado en una cueva del sur de Ecuador.
La tarea siguiente de ambos investigadores fue la de diferenciar el ejemplar hallado en Colombia del ya documentado en la región amazónica ecuatoriana.
Como el de Ecuador, el colombiano no tiene los ojos medios que, en general, llevan los escorpiones en su parte media dorsal, señaló Botero, quien apuntó que la nueva especie sí presenta los ojos (que pueden ser hasta cinco) característicos de este animal en las márgenes laterales.
"La de Colombia no es una especie que viva en cuevas, pero evolucionó a partir de una que sí habita en cuevas. La pérdida de los ojos principales se presentó en sus ancestros, no en esta especie", agregó el científico, que observó que la evolución de este género es muy discutida y no se sabe cuáles son sus parientes cercanos.
Bajo la hojarasca
Botero y Francke dieron a la nueva especie el nombre de Troglotayosicus humiculum, por el ambiente en el que vive, que es bajo la hojarasca de los bosques de niebla de la cordillera Occidental.
Los biólogos observaron que el hallazgo significa que este género tiene una distribución geográfica mayor a la que se creía, que era la del sur ecuatoriano, pero resaltaron que ahora es necesario orientar las metodologías y capturar más ejemplares para hacer más estudios, entre ellos de ADN, comportamiento, anatomía interna, venenos y ecología.
"Si se conocieran más especies se sabría bien de dónde viene, si efectivamente salió de alguna cueva y se especializó en habitar bosques, cómo pudo haber sido todo ese proceso evolutivo de pasar de un ambiente cavernícola a uno de bosque", dijo Botero.
El investigador observó que es una tarea interesante por cuanto el hallazgo del ejemplar en Colombia, cuyo ancestro es cavernícola, pone en duda la teoría de que la especie que se recluya en una cueva no vuelve a salir de ella, con la consiguiente "muerte evolutiva de un linaje".