¡Qué parche tan bacano… decían con emoción muchas de las más de 10.000 personas que ayer en la mañana se dieron cita en El Poblado para participar en la carrera The Color Run.
Desde la Avenida El Poblado, subiendo por la Loma de los Balsos y hasta donde la mirada alcanzaba, los participantes se congregaron en el punto de partida. Era un río de colores, de gritos de alegría, de aplausos y saltos al ritmo de los potentes parlantes que contagiaban ánimos al son de clásicos de David Guetta, Black Eye Peas o Calvin Harris.
Grandes y chicos, familias y grupos de amigos, con disfraces o sin ellos, hicieron parte de la carrera más feliz del planeta en la que a lo largo de cinco kilómetros lo único que se celebra es la vida. Una competencia que inició en enero de 2012 en Estados Unidos y ahora se desplaza a Latinoamérica para celebrar "la salud, la felicidad y la individualidad".
La acogida en la capital antioqueña fue tan grande, que habrá otra carrera el 29 de este mes, para la cual los cupos ya están agotados. De hecho se hablaba ayer sobre la posibilidad de confirmar una tercera competencia, nocturna, que está por confirmarse.
A lo largo del recorrido, desde el centro comercial Santafé hasta la meta sobre el puente de la 4Sur, solo se veían rostros felices. A cada "bañada" con polvos de colores los gritos subían de tono hasta llegar a la histeria.
"¡Esto es lo máximo, es una actividad súper bacana…", expresó Natalia López mientras corría junto a sus amigas.
"Me llamo Juan Camilo. Me parece muy importante que vengan a Medellín y a Colombia con este evento para que nos integremos. Me pareció muy bacano. Hice todo el recorrido por todos los colores. Lo mejor fue compartir con los amigos de uno y la alegría que se siente".
Para Martín Rodríguez, lo mejor era "salir corriendo cuando uno veía las metas de colores para quedar uno impregnado de todos los tonos. Esto ha sido demasiado emocionante".
"Ha sido una experiencia muy emocionante", resaltó Santiago Casas. "Me gustó porque cada que uno veía los colores la gente gritaba y salía feliz corriendo hacia ellos".
En los puntos de colores, muchos se tiraban al piso en señal de euforia y buscando quedar impregnados de pies a cabeza.
Esta carrera "es muy chévere, une a la gente. Lo mejor de todo fue la gente, la actitud. ¡Un evento fuera de serie que nadie se debería perder…", finalizó Alejandro Mora.
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