En situaciones difíciles de salubridad y seguridad, sin la tecnología ni los instrumentos necesarios a la mano, muchos médicos colombianos se dedican a salvar vidas en zonas de conflicto. Improvisan y a veces aciertan; se la juegan toda para no darle una víctima más a la guerra.
Conscientes de ese esfuerzo médico, el Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR, y la Universidad de Antioquia, se asociaron para realizar el seminario Manejo médico quirúrgico de víctimas del conflicto armado.
Marco Baldan (italiano) y Julio Guibert Vidal (alemán) fueron los dos cirujanos europeos del CICR encargados de dictar este curso, que concluye hoy, a 60 médicos egresados de la Universidad de Antioquia. Ambos son curtidos cirujanos que se han formado en los peores escenarios bélicos del mundo: Darfur, Irak, Pakistán, Afganistán y Somalia.
Este seminario es el abrebocas a la cátedra que la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia comenzará a dictar en sus especialidades quirúrgicas: cirugía de guerra, convirtiéndose así en la primera universidad del mundo que incluye esta materia en su pénsum, según el CICR.
El desastre de las minas
"Los médicos colombianos están muy preparados y en Antioquia cuentan con esta excelente institución, donde pueden formarse con todos los recursos para luego ir a ejercer a zonas rurales más precarias. En el caso del conflicto colombiano, nos sorprende el terrible daño que ocasionan las minas antipersonal en las víctimas, debido a que los grupos armados las fabrican con materia fecal y otros elementos, lo cual causa graves problemas en los heridos", comentó el cirujano Julio Guibert Vidal.
Para Marco Baldan lo esencial en este curso es que los cirujanos implementen protocolos para el manejo de las heridas de guerra. También que aprendan a atenderlas cuando no cuentan con todos los recursos disponibles, que logren una buena atención y recuperación del paciente a pesar de no contar con todas las herramientas necesarias.
Este seminario no pretendía formar cirujanos de guerra, pero sí fortalecer los conocimientos de los galenos en esta materia a la hora de desenvolverse en un ambiente austero y en circunstancias precarias, como las que encontrarán en las zonas de conflicto del país.
"Queremos intercambiar experiencias con los médicos de la Universidad de Antioquia para mejorar la atención de las personas heridas a causa del conflicto armado, en especial aquellas heridas por todo tipo de armas, artefactos explosivos improvisados y restos explosivos de guerra", explicó Tatiana Flórez , coordinadora adjunta del área de Salud del CICR. "Es muy importante que los heridos tengan una buena atención inicial que evite traumatismos o complicaciones en las lesiones, y también que puedan acceder a una rehabilitación integral que incluya terapias de rehabilitación física".
"La Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia es consciente de la misión social de la institución, por eso queremos preparar a nuestros estudiantes para que estén a la altura de las exigencias de nuestro entorno. Somos un país con conflicto armado reconocido y eso nos pone en la necesidad de responder a esos colombianos afectados por la guerra", señaló Alejandro Moreno, jefe del Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina.
Uno de los componentes que tendrá esta formación para la atención de los heridos del conflicto armado será la asistencia sicosocial. El siquiatra Jorge Ospina explicó la importancia de que los pacientes no solo sean asistidos en sus dolencias físicas sino que se atiendan las secuelas emocionales y mentales que dejan los sucesos violentos.
"Las consecuencias emocionales y sicológicas que sufren las víctimas de la guerra son mucho más graves, más severas, duraderas e incapacitantes que las mismas consecuencias físicas", comentó el profesor del Departamento de Psiquiatría de la Facultad, Jorge Ospina Duquen
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