Cuando pensábamos que finalmente el Congreso estadounidense ratificaría el TLC con Colombia, por el cual llevamos negociando desde mucho antes del 2006, año en que fue suscrito, Miriam Shapiro, subrepresentante de comercio exterior norteamericana, conceptuó que, antes que esto ocurriera, Colombia debería "hacer más para resolver problemas de derechos laborales, la violencia contra sindicalistas y enjuiciar a sus responsables".
Muy bien, si el TLC se ha convertido para el gobierno de E.U. en un tratado de acusaciones y exigencias no comerciales contra Colombia, es apenas justo que nosotros también demandemos de los Estados Unidos respuestas sobre su récord reciente en Derechos Humanos y otras actitudes de ese país bastante indeseables en una democracia.
Nuestro gobierno debe exigir del país del norte una explicación de por qué el presidente Obama no ha cumplido su promesa de cerrar la cárcel de Guantánamo, lugar donde se mantienen prisioneros internacionales negándoseles su derecho legal a tener una justa representación y un juicio expedito. Peor aún, sometiéndolos a tortura física y sicológica. También es conveniente exigir explicación sobre la constante violación de los derechos humanos de los indocumentados capturados en las fronteras, quienes son maltratados a todas luces por guardias fronterizos, como consta en muchos documentales. ¿Es que acaso, por ser indocumentados, no son humanos? Y, qué de la ley aprobada por el estado de Arizona por la cual se puede detener a cualquier persona, sin justa causa, simplemente por tener apariencia sospechosa, o sea, apariencia de latino, afroamericano u oriental.
Que Estados Unidos nos venga a dar lecciones y regaños a nosotros es inadmisible. Mejor, que miren la viga en su propio ojo antes de venir a criticar la paja en el nuestro. ¿Acaso, no es Colombia el país que se ha desangrado combatiendo el narcotráfico causado por el inagotable deseo de consumir drogas del pueblo norteamericano? ¡Cuántos años de guerra, cuántos muertos, cuánto sufrimiento nos ha causado este terrible flagelo! ¿Acaso, no somos sus aliados más incondicionales en este continente? ¡Qué manera de tratar a un amigo! Caramba, yo sí creo que esta posición estadounidense es, por decirlo de una manera suave, una desfachatez.
Llevamos 11 años "mendigando" por este Tratado. Toda clase de concesiones se han hecho al Gobierno de E.U., el cual, bien se sabe, es muy dado a subsidiar a sus agricultores e industrias en perjuicio de los nuestros. Seguramente, lo que pasa es que el gobierno de E.U. no quiere abrir sus mercados a nuestros productos para proteger a sus agricultores, industriales y sindicalistas y pone excusas, no comerciales, para no hacerlo. Creo que Colombia hace bien en voltear sus ojos hacia otros mercados, como ya lo está haciendo. China requerirá en los próximos años toda clase de servicios, productos agrícolas y mineros, igual los países árabes y muchos otros. En este mundo globalizado, mercados hay. Quizá más lejanos y menos conocidos para nosotros, pero también más oportunos. Ya es hora de zafarnos del complejo de que solo podemos mercadear con Estados Unidos y los vecinos.
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