Aunque solo tiene 80 años y una población que no pasa del medio millón de personas, la ciudad de Leverkusen, en Alemania, es sinónimo de conciencia ambiental.
Situada en la ribera oriental del Rin, a medio camino entre Colonia y Düsseldorf, esta ciudad es producto del crecimiento económico de la región de la cuenca del Rin-Rhur.
Primero fue un rico sector rural que luego cambió su vocación con el desarrollo industrial del siglo XIX. Un desarrollo acelerado que conllevó innumerables problemas de contaminación ambiental. De ahí que hoy sea tan notorio el cambio positivo que en materia ambiental y desarrollo sostenible vive esta urbe.
El Rin, por ejemplo, tras ser considerado casi una cloaca, es ahora un refugio de vida, pues ya hay peces que nadan en éste.
Un logro alcanzado gracias al trabajo de la multinacional Bayer que se instaló en esta zona desde 1891, cuando aún no había nacido la ciudad. De ahí que para muchos decir Leverkusen es decir Bayer.
"Cada desarrollo tecnológico que emprendemos está enfocado a mejorar la calidad de vida de las personas en el mundo, y a preservar el medio ambiente", manifestó Patrick Thomas, presidente de Bayer MaterialScience, la división que tiene a su cargo los nuevos desarrollos tecnológicos.
Para él no hay imposibles y, al igual que la multinacional, persisten en la práctica de ensayo y error.
Una de las novedades con las que están haciendo maravillas es el policarbonato, aplicado en los proyectos de las construcciones verdes, con materiales amigables con el ambiente que ahorran energía, reducen las emisiones de CO2 y mejoran la calidad de vida.
La innovación y la educación son pilares fundamentales en Bayer. Y éstos se transfieren a la vida cotidiana de los habitantes de Leverkusen, donde un altísimo porcentaje de la población tiene conciencia ambiental.
Solo hay que visitar la planta municipal de reciclaje Avea para corroborar cómo la gente, sin importar edad o sexo, llega a depositar en los innumerables containers, residuos como plásticos, metales, llantas y un largo etcétera.
Para ellos este es un acto de responsabilidad "con el hoy y el mañana", como dijo una abuela que fue con su nieto a llevar unos trozos de tapete viejo y unos plásticos.
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