En medio de los escombros de una economía hecha pedazos los estadounidenses empezaron, desde finales de agosto, a buscar culpables. Querían ponerle rostro a lo que lo mismos líderes, en coincidencia con los ciudadanos de a pie, habían denominado la "mezcla de avaricia y codicia de Wall Street".
Escudriñando en las oficinas de los gerentes de los bancos que se excedieron en los préstamos y de los asesores alegres que dieron vía libre a un mercado autorregulado, encontraron un camino que los llevó, increíblemente, hasta las campañas de los dos candidatos que quieren llegar a la Casa Blanca.
Pero, ¿cómo así?, se preguntó al unísono Estados Unidos. Si los asesores económicos del republicano John McCain y el demócrata Barack Obama fueron parte de la debacle de Wall Street, ¿cómo ahora son ellos los que proponen el cambio? El escándalo estalló.
Según investigaciones de los medios de comunicación estadounidenses el director de campaña de McCain recibió 15 mil dólares al mes, durante varios años, por Freddie Mac, entidad hipotecaria que tuvo que ser rescatada por el gobierno de E.U. tras su caída en plena crisis financiera.
Pero el aguacero, también mojó al demócrata Barack Obama cuya campaña alberga a dos de los principales asesores de la misma Freddie Mac y de Fannie Mae, otra entidad colapsada ante la mala administración.
Aunque ambas campañas negaron que las decisiones de sus colaboradores fueran decisivas para el colapso financiero, el debate y los temas de la campaña presidencial más reñida en la historia reciente de Estados Unidos cambiaron para siempre.
De la preocupación del terrorismo y la política internacional, los discursos se centraron casi que exclusivamente en el ámbito económico y en sortear la culpa de una responsabilidad compartida con la actual administración de George W. Bush.
"No soy yo, es el sistema"
Si bien los republicanos y los demócratas se han mostrado relativamente unidos para intentar un salvamento de la crisis financiera, en época de campaña la disputa es a otro precio. La debilidad del contrincante se magnifica.
El problema (el gran problema dicen los analistas) es que aquí todo el mundo tiene rabo de paja.
EL COLOMBIANO habló con ambas campañas políticas y aunque reconocen que en sus filas hay miembros que fueron "parte del problema" dicen que sería insensato indulgarles toda la culpa de la crisis.
La republicana Clarissa Arellano, analista política que se ha involucrado en la campaña que pretende llevar a John McCain a la Casa Blanca, explica que resulta casi imposible, para cualquier político, negar relaciones con las cabezas económicas de Wall Street.
"Cada campaña busca los expertos en cada industria. Los mejores en todos los temas para construir las mejores propuestas y eso fue lo que pasó. Ahora, que ellos individualmente tengan la culpa de la crisis es falso", dice Arellano.
A pesar de las acusaciones, los demócratas, con Barack Obama a la cabeza, son más renuentes a aceptar su parte en la crisis, por su misma intención de alejarse lo más posible de cualquier responsabilidad compartida con George W. Bush.
El demócrata Martín Chávez, alcalde de la localidad de Albuquerque, le explicó a este diario que, sin duda, para ellos la relación entre John McCain y el actual proceso de deterioro de la confianza en Wall Street es mucho mayor que la responsabilidad que tiene Barack Obama quien se ha mostrado, según los demócratas, más distante de la avaricia que trajo la crisis.
"La gente de McCain es hoy la que está en el centro del problema. Él no es un hombre en el que se pueda confiar", dice enfático Chávez, un líder reconocido por su influencia en los latinos.
Arellano refuta con cifras.
"Obama cuenta con dos asesores que tuvieron responsabilidad en Freddie Mac y Fanie Mae. Sin embargo, no digo que por eso sea culpable. Unas personas no pueden cargar a solas con la responsabilidad", afirma la analista.
De las armas a los billetes
El matrimonio es para alquilar balcón. La peor crisis financiera en cien años se unió a la elección más reñida de las últimas décadas en la primera potencia del mundo. Lo que salió como hijo es una campaña que giró del debate tradicional para irse a los números, las cuentas, las hipotecas y los impuestos.
"Es un momento electoral muy complicado. Aquí no hay culpas individuales sino una mala decisión en un modelo de 'capitalismo de casino' donde se creyó en la autorregulación del mercado. El problema no es de unos asesores pero si cambió el debate político", afirma Eduardo Gamarra, profesor de ciencias políticas de la Universidad de la Florida.
Con dos guerras libradas en Afganistán e Irak y la economía herida de muerte, los resultados parecen inclinarse a favor de Obama quien dice que el dinero gastado en las acciones bélicas podría haber amortiguado la crisis que hoy se vive.
"McCain se ve como el ideal comandante en jefe, pero Obama se siente más seguro en temas económicos. Por eso la tendencia que ahora se siente en las encuestas", dice Gamarra.
Pero todos tiene claro que aún falta poco más de un mes para las elecciones y política es política. Un terreno donde la última palabra la tiene el voto.
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