Una ayuda para quienes han sufrido un derrame o les comenzó el alzheimer. ¿Qué tal para mejorar más la memoria?
Eso es lo que podría estar a la mano con base en un desarrollo científico presentado en la revista Science.
Al estimular una región del cerebro con una corriente eléctrica por medio de pulsos magnéticos (estimulación magnética transcraneana) se mejoró el desempeño de los participantes en el estudio.
Este hallazgo es una puerta hacia el tratamiento de problemas como los citados, pero también para las lesiones cerebrales por trauma y otros padecimientos del cerebro que llegan con la vejez.
"Probamos que se pueden modificar específicamente las funciones del cerebro de adultos sin cirugía ni drogas, que no han sido efectivas", expresó Joel Voss, profesor de Northwestern University Feinberg School of Medicine.
"Esta estimulación no invasiva mejora la capacidad para aprender cosas. Tiene un tremendo potencial para tratar problemas de la memoria".
Afinación
Pero hay más. La investigación demostró que recordar requiere que varias regiones del cerebro trabajen como orquesta bajo la dirección de una estructura clave: el hipocampo.
El estímulo eléctrico es como darles a esas regiones un director más talentoso para una mejor sincronía. Una sinfónica.
Quiere decir que también existe un potencial para tratar la esquizofrenia, en la cual esas regiones parecen una orquesta desafinada en la que cada integrante toca por su lado afectando la memoria y el conocimiento.
Duradero
El estudio halló beneficios de más de 24 horas de la estimulación magnética. Hasta ahora se ha usado de forma limitada para producir cambios temporales en el funcionamiento cerebral para mejorar el desempeño en ciertas pruebas.
Como es imposible estimular directamente el hipocampo, al estar muy adentro del cerebro, los investigadores identificaron una región superficial, solo un centímetro adentro del cráneo con gran conexión al hipocampo. Querían ver si dirigiendo a ella el estímulo también lo recibiría este. Y así fue.
Mientras más armoniosas trabajaban las regiones, más aprendían las personas.
"Me sorprendí al ver cómo funcionaba", dijo Voss.
En el estudio participaron 16 adultos saludables, de 21 a 40 años. Con imágenes de resonancia se detectó en cada uno las estructuras relacionadas con la memoria, pues en cada persona puede variar unos centímetros.
Luego se les practicaba una prueba de asociar rostros con palabras y tras eso recibían 20 minutos diarios, por cinco días, de estimulación magnética. También seguían con más pruebas de memoria.
Los que se sometieron a la estimulación recordaban más asociaciones, lo que indica que mejoró su aprendizaje.
La técnica funcionó mejor que cualquier droga, que no tiene una especifidad tan alta, explicó Jane Wang, otra de las investigadoras.
Un campo prometedor.
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