La crisis interna que tiene a Egipto tambaleando, en Estado de Emergencia y ad portas de una guerra civil por los más de 780 muertos registrados desde el pasado miércoles, tiene al mundo islámico otra vez cara a cara contra Occidente.
En esta polarización de dos bandos en el que se podría resumir el conflicto egipcio, tiene a los Hermanos Musulmanes liderando las protestas para pedir la restitución en el poder de Mohamed Mursi, derrocado el pasado 3 de julio por el propio Ejército, que ahora gobierna con una Junta Militar, y que es la otra cara del conflicto, porque han sido por décadas poderosos y de mano dura, bajo la protección de E.U.
De hecho los militares egipcios en el poder han advertido que entregarán el Gobierno una vez haya ambiente para nuevas elecciones presidenciales, algo que está cada vez más lejos porque ayer dijeron que el país está en guerra contra el terrorismo por los ataques de los Hermanos Musulmanes.
Pero la unidad de raza árabe trascendió fronteras y el rey de Arabia Saudita, Abdullah bin Abdelaziz, pidió a los árabes mantenerse unidos contra los intentos por desestabilizar Egipto.
"El reino de Arabia Saudita, su pueblo y su Gobierno apoyan a sus hermanos en Egipto en contra del terrorismo. Llamo a los hombres honestos de Egipto y de los países árabes y musulmanes a unirnos como un solo hombre y con un corazón frente a los intentos por desestabilizar un país que está a la vanguardia de la historia árabe y musulmana", manifestó en un comunicado.
Cabe aclarar que Arabia Saudita era el aliado más cercano del ex presidente Hosni Mubarak e históricamente ha tenido una relación difícil con los Hermanos Musulmanes, incluso se comprometió a entregar 5.000 millones de dólares a Egipto después de que Mohammed Mursi, de los Hermanos Musulmanes, fue derrocado de la Presidencia, pero aún así pide unión islámica.
Junto al rey árabe el Gobierno emiratí rechazaron cualquier intervención extranjera en los asuntos internos de Egipto, presencia que llamaron "atizar el fuego de la discordia".
La situación se enardece más y más porque "los militares no quieren dar su brazo a torcer y los Hermanos Musulmanes son una fuerza que tiene apoyo islámico. Va a haber más violencia y derramamiento de sangre. Es posible que empiece a suceder en Egipto lo que sucede en Irak que surgen extremistas islámicos de Al Qaeda, Hamas o del Yihad islámico, que puedan apoyar la causa desencadenando una ola más violenta", explicó a este diario Luis Guillermo Patiño, director de Ciencia Política de la UPB.
Farahnaz Ispahani, analista de oriente medio del Centro Wilson en Washington, aclaró a este diario que "con el llamado árabe quieren evitar a toda costa que la preocupación de la comunidad internacional, liderada por el presidente estadounidense, Barack Obama, los lleve a meterse directamente en el conflicto y se extienda a más países la tensión".
Ya Obama canceló antes de irse a vacaciones unos ejercicios militares con Egipto que estaban programados para el próximo mes, esto como una forma de advertencia a las autoridades egipcias que son las que han liderado los disparos contra los manifestantes
Apoyo árabe
Entre los países más críticos con la actuación del Ejército egipcio contra los manifestantes está Turquía, que sigue considerando presidente legítimo egipcio al islamista Mursi. Lo complejo es que en Egipto el que ha representado la legitimidad es el Ejército pero su accionar de esta semana contra los manifestantes que han quemado unos 49 templos cristianos, ortodoxos y musulmanes en El Cairo los ha llevado a perder legitimidad en el ámbito internacional.
"Unos 3,5 millones de egipcios han salido a las calles a apoyar al depuesto presidente Mursi pero el Ejército respondió con violencia esa protesta, algo ilegal para nosotros porque tenemos el derecho a expresarnos de manera pacífica", dijo a este diario el ciudadano egipcio, Mohamed Hassan.
Ramzy Hanna, otro ciudadano egipcio que fue contactado por este diario, dijo que "el conflicto va a continuar por largo tiempo y esto hará que hayan muchas más muertes y no se convoque pronto a nuevas elecciones. El pesimismo es grande frente a lo que viene para el país, por eso debemos prepararnos para lo peor".
Mientras tanto, el colombiano Juan Manuel Montoya, que se encuentra en Egipto en el 65 Congreso Global de Aiesec, le contó a este diario que "el fanatismo religioso es grande porque desde que llegamos a tierra egipcia, antes de preguntar nuestro nombre, nos preguntaron cuál era nuestra religión. Se siente la tensión por la fe aunque nos han tratado bien y no nos ha pasado nada hasta ahora".
Contexto histórico
Hace más de 80 años intentaron llegar los Hermanos Musulmanes al poder para hacer un Estado islámico, pasaron de la ilegalidad a la legitimidad hasta llegar finalmente al poder con Mohamed Mursi, para gobernar solo un año entre el 30 de junio de 2012 y el 3 de julio pasado.
Otro de los elementos que ha contribuido en la tensión egipcia, según analistas, es que E.U. ha apoyado por décadas al Ejército de ese país para garantizar una estabilidad en la región para Occidente.
Diplomáticos occidentales dijeron a Reuters que funcionarios de alto rango de Estados unidos y Europa habían estado en contacto con las autoridades egipcias hasta último momento, pidiéndoles que no ordenaran los desalojos a los campamentos pero resultó infructuoso el pedido.
Egipto tiene 90 millones de habitantes, el 85 por ciento es musulmán pero la mitad de ellos son Hermanos Musulmanes, por eso la región árabe está preocupada porque la Junta Militar egipcia no quiere el retorno de los Hermanos Musulmanes al poder por su radicalidad n
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