El ingreso al Palacio de Exposiciones, durante Colombiamoda, estaba marcado por una enorme figura de madera, de la que pendían, a manera de frutos de un árbol, decenas de botellas de agua.
Dentro del tema transversal de la feria, como fue la tendencia Eco Tech en el mundo, se quiso aprovechar este espacio para hacer un llamado a la protección de los recursos naturales.
¿Y cómo lo lograron? Con la puesta en escena, si cabe el término, que lograron los diseñadores Cristina Londoño y Camilo Restrepo.
Ellos crearon una instalación, a manera de balanza, en la que se dispusieron 8.000 botellas de agua durante los tres días de la feria. La idea era decirle a quien la tomaba con su mano que cada acción de cada persona con respecto a la naturaleza, por mínima que sea, causa un efecto.
Igual, si alguien toma mucho de un lugar, llámese agua, petróleo o madera, ese recurso se agota o se vuelve inalcanzable para otros.
Y eso, exactamente, sucedía con las botellas de agua. Alguien tomaba varias al tiempo y no miraba al otro extremo ni se enteraba del desequilibrio que generaba en la estructura. O no miraba las etiquetas para ver que tenían la explicación de las actitudes de moda del momento, y menos el aporte gráfico con la interpretación que propuso Cristina sobre los triángulos, figuras del equilibrio por excelencia.
La experiencia, explicó Cristina, fue una suerte de experimento antropológico, para determinar la actitud de los visitantes ante la instalación. Pero, dice, pocos se detenían a enterarse de qué se trataba. Tomaban el agua y seguían sin observar qué ocurría a su alrededor.
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