El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, cumple el martes un mes fuera de su país y del gobierno a causa de un golpe de Estado, sin que se vislumbre por ahora una solución a la crisis política que vive Honduras.
Zelaya fue detenido el 28 de junio pasado por militares que lo obligaron a viajar a Costa Rica, tras lo cual fue depuesto por el Congreso, que nombró presidente a Roberto Micheletti, hasta entonces titular del poder legislativo.
A instancias de Estados Unidos, ambas partes participaron en un diálogo en Costa Rica, con la mediación del presidente de ese país, Óscar Arias, que no ha tenido resultados por ahora.
El nuevo Gobierno, que está aislado internacionalmente, no acepta que Zelaya vuelva a la Presidencia hasta enero, cuando finaliza su mandato, uno de los puntos de la propuesta presentada por Arias, mientras el depuesto presidente ha dado por "fracasado" el diálogo.
Actualmente Zelaya se encuentra en Ocotal (Nicaragua) esperando el momento para regresar a su país, tras dos intentos fallidos, el último el pasado viernes 24 de julio, cuando llegó a cruzar a pie la línea fronteriza desde la localidad nicaragüense de Las Manos.
El primer intento tuvo lugar el domingo 5 de julio, cuando Zelaya partió en un avión venezolano desde Washington hacia Tegucigalpa, pero no pudo aterrizar debido a la presencia de vehículos en la pista del aeropuerto de la capital hondureña.