Es como ver cine en televisión. Ver una película en casa. Ese es el secreto brasilero que tiene a un gran porcentaje de los televidentes colombianos recorriendo la vía más famosa del mundo: Avenida Brasil, la telenovela brasileña que acapara la atención en 127 países.
Colombia no escapa al embrujo brasilero con el que el Canal Rcn conjuró el hechizo de su enfrentado y Avenida Brasil está entre las más vistas (su pico más alto de participación en hogares es 34.4). ¿Cómo novelas del país de la samba seducen a millones de televidentes en el mundo, incluso colombianos?
Lisandro Penagos, comunicador social y docente de la Universidad Autónoma de Occidente, atribuye el éxito de las producciones brasileras, específicamente de Avenida Brasil, a su factura cinematográfica. “Siendo un producto para televisión, trabajan con todos los parámetros del cine: graban en exteriores, la calidad de la imagen es excelente y la narración es muy cercana al lenguaje cinematográfico”, dice.
Eso se debe a que los brasileros tienen una escuela de cinematografía muy francesa –nosotros somos muy norteamericanos–, dice el actor y productor Andrés Sandoval, que regresó de Brasil, donde fue coproductor y actuó en el mediometraje Más allá de aquí. “Ellos se dan la licencia de estudiar muy bien la fotografía, tienen muy buen gusto en los detalles, en la composición, en los planos lentos y largos, cargados de simbología”, dice.
Esa “noble elaboración estética y esa realización impecable”, también sedujeron a Sara Gutiérrez, vicepresidenta de programación del Canal Rcn. Para la ejecutiva, las producciones brasileras son novelas con mucha luz (escenarios exteriores), ricas en música.
Pero lo que más destaca es que “son muy relajadas a la hora de contar una historia, poco moralistas, muy eróticas, mantienen la cuota de sufrimiento típica del melodrama pero sin exagerar como las mexicanas. Siempre cuentan historias nuevas, su mayor fortaleza”.
Poner ese foco que retrata muy bien las relaciones entre los brasileros es otro de sus atractivos, dice el periodista de entretenimiento Víctor Manuel García. “Brasil es muy diferente a los países latinoamericanos, ellos son más abiertos, allá hay rubios con negras, hombres jóvenes con mujeres mayores”.
Es decir, las novelas de Brasil no son las del libreto preconcebido de la TV. Son muy distintas, pues en ellas convergen múltiples historias paralelas, elemento propio del lenguaje del séptimo arte. En ‘Avenida Brasil’ hay una historia central muy fuerte, pero las que rondan alrededor son igual de importantes, y no solo la complementan sino que tienen peso, dice Penagos.
De ahí, agrega el académico, que la narración y el discurso de la novela brasilera esté más cerca del cine que de la televisión. “Ahí el personaje suda, escupe, sufre, está en un basurero y eso hace que la conexión que se establece con el televidente sea como la que establece el cine con el espectador”.
El sello de identidad de sus contenidos es para García el factor diferencial que las hace exitosas. La novela brasilera se distanció de la fórmula lacrimógena del culebrón mexicano o venezolano, primeros países que en los años 80 exportaron telenovelas, al enfrentar sus temáticas propias.
“Brasil marcó un punto de referencia porque optó por mostrar sus propias historias, su idiosincrasia. La textura del argumento es muy de ellos; por ejemplo, la lucha por la libertad de los antepasados en ‘La Esclava Isaura’. Hoy ponen en el candelero el fútbol, como en Avenida Brasil, justo antes del máximo evento de este deporte en el que ellos son un paradigma orbital”, dice García.
Y lo encienden cuando Brasil está de moda por el Mundial de Fútbol, por la pasada visita del Papa, por su apertura turística en la que el mundo hispano comienza a mirar hacia ese país de habla portuguesa. “Avenida Brasil compendia todo lo que está viviendo ese país y ese es el éxito mundial de esta novela”, añade García.
Esta mezcla de venganza, familia, sexo, estelarizada por Jorgito, el futbolista humilde de las favelas (Cauã Reymond), que es una realidad de Brasil, usa la misma fórmula de la bruja malvada contra la cenicienta Nina (Débora, la protagonista) ante el amor imposible, pero en Brasil hacen investigación y “enmarcan la historia de amor dentro de su propio contexto”, dice García.
El casting y la actuación son muy profesionales. “Los brasileros, más que una cara bonita, eligen calidad actoral”, sostiene García. Eso explica por qué la protagonista de ‘Avenida Brasil’ no es precisamente una garota, pero sí una actriz muy talentosa y la heroína de los 127 países donde se ve esta producción.
Esto se debe a que en Brasil la gente del medio estudia y se forma para hacer bien las cosas, dice Sandoval: “No es como en Colombia, donde infortunadamente muchos pasan de asistentes de cable a directores sin haber estudiado, solo por tener buenas relaciones con los dueños de las productoras”.
El actor agrega que en Brasil respetan muchísimo el teatro, el cine, la televisión y tiene esa cultura. “Son muy diferentes, en Colombia cualquier modelo puede ser actor o actriz; allá no, ellos se forman”, afirma.
Con relación a las protestas de los actores colombianos por darle prioridad a una producción extranjera en el prime time, García dice que es válida en la medida en que ellos no tienen opción de trabajo. “Pero los canales nacionales deben replantear qué clase de historias le están ofreciendo al televidente en el ese horario que pasan sin pena ni gloria”, analiza García.
Los creativos de los canales deben darse golpes de pecho y preguntarse, ¿qué es lo que no nos funciona que tenemos que recurrir a historias extranjeras que sí funcionan?, concluye García.
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