Primero repicarán todas las campanas de la ciudad de Dallas y después, a las 12:30 del mediodía en punto, se hará el silencio en Dealey Plaza, en el mismo lugar donde 50 años atrás el presidente estadounidense John F. Kennedy (JFK) fue asesinado.
Así será, el próximo 22 de noviembre, el acto central de conmemoración de un asesinato que en 1963 conmocionó a Estados Unidos, al mundo y que de paso marcó a Dallas con un estigma que le costó por décadas superar.
La ciudad tejana quiere, con el 50 aniversario del asesinato presidencial, reconciliarse con el espíritu político de Kennedy y limpiar, de una vez por todas, la etiqueta de "Dallas, ciudad del odio".
Llevan más de un año preparando este momento, cuentan con centenares de voluntarios trabajando, esperan a varios miles de visitantes y 500 periodistas se han acreditado, cuenta un portavoz de la fundación que organiza la conmemoración. Eso, sin contar, que al acto central asistirán 5.000 personas de las 13.000 que solicitaron permiso para estar entre el público.
La famosa maldición
Si Dallas carga el estigma en la historia de esta muerte, a la familia del inmolado presidente la ha perseguido una serie de eventos desafortunados, que algunos han llamado "la maldición de los Kennedy".
Basta con revisar el destino de la familia presidencial de 1963 y ver quién quedó.
Caroline Kennedy es la hija viva del único presidente de Estados Unidos que fue asesinado en el siglo XX y, junto a Abraham Lincoln, hace parte de la elite histórica de quienes mueren de manera trágica durante su gobierno.
Sin duda, por haber quedado registrado en video, el caso Kennedy es uno de los que más conmoción causa, sobre todo al ver las imágenes que se han desclasificado por los organismos de seguridad americana, que muestran disparos y a una Jackeline Kennedy corriendo por encima de los carros en movimiento.
Ese momento, además de todas las películas, documentales, libros y artículos que se han generado, dio origen a decenas de teorías conspirativas, a lo que contribuyó la muerte de su asesino, Lee Harvey Oswald, dos días después.
Pero el drama no terminaba ahí. El 6 de junio de 1968, la historia se repitió y Robert "Bobby" Kennedy, hermano del presidente, a punto de proclamarse candidato oficial demócrata a la Casa Blanca, tras ganar las primarias de California, fue tiroteado por el palestino Sirhan Bishara Sirhan en uno de los salones del Hotel Ambassador, de Los Ángeles.
Dos de los 11 hijos de Bobby se vieron envueltos en sucesos trágicos. David falleció el 25 de abril de 1984, a los 28 años, por una sobredosis de cocaína y analgésicos en un hotel de Palm Beach (Florida), mientras que Michael sufrió un accidente mortal en una pista de esquí, en Aspen (Colorado), el 31 de diciembre de 1997, a los 39 años.
Pero el pasado también estaba marcado por un sino trágico: el 12 de agosto de 1944, Joseph Kennedy Jr., hermano mayor de JFK, falleció a los 29 años tras la explosión del bombardero B-24 del que era piloto durante la II Guerra Mundial.
Cuatro años después, el 13 de mayo de 1948, fue Kathleen Cavendish, hermana de JFK, la que pereció en otro accidente aeronáutico en Saint-Bauzile, Francia, a los 28 años.
De la rama directa del presidente, la pérdida más notable fue la de John F. Kennedy Jr., hijo de JFK, que el 16 de julio de 1999, con 38 años, perdió el control de la avioneta que pilotaba camino a la isla de Martha"s Vineyard (Massachusetts), y la de Mary Kennedy, exmujer del activista Robert Kennedy Jr., sobrino de JFK, el 16 de mayo del año pasado tras un aparente suicidio.
Incluso Edward "Ted" Kennedy, hermano menor de John, antes de su fallecimiento en 2009, estuvo involucrado en un accidente de avión el 19 de junio de 1964 en el que murieron uno de sus ayudantes y el piloto, y repitió el susto un lustro después, el 18 de julio de 1969, cuando el coche que conducía se precipitó por un puente de la isla Chappaquiddick. Entonces murió la secretaria que le acompañaba, Mary Jo Kopechne.
Aquello provocó que Ted, el último de los hermanos Kennedy, se preguntara frente a las cámaras de televisión si "algún tipo de maldición realmente se cierne sobre todos los Kennedy".
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