Cuando se vio caer a Jessica Gil Ortiz sobre su cabeza, después de dar varias vueltas en el aire, en un ejercicio de suelo en los Mundiales de gimnasia, en Londres, se pensó en lo peor.
El dictamen médico fue: "contractura muscular". El técnico Diego Medina, a quien le tocó vivir la amarga experiencia, se tranquilizó.
"Jessica no tuvo ninguna complicación, se le hizo una resonancia magnética y los médicos ni siquiera le mandaron cuello ortopédico, porque no había molestia cerebral. Solo le recomendaron 15 días de reposo", manifestó Medina, al agregar que estos accidentes son comunes en gimnasia, "pero hay que entender que en cualquier deporte siempre hay riesgos".
La caída de Jessica se originó porque la lona estaba lisa, se le resbalaron las manos en el salto y perdió la coordinación de los siguientes movimientos. Esa pérdida de ubicación en el aire la llevó a cometer el error.
Con la idea de hacer más llamativo este deporte, se introdujo un nuevo código de puntuación que debería recompensar el arte por sobre las rutinas de saltos acrobáticos. "Sin embargo, los gimnastas aún intentan maniobras peligrosas y desafían la gravedad para ganarse ovaciones del público, que pueden convertirse en gritos de horror", cuestionó Pritha Sarkar, de Reuters.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no