El 2010 no fue un año sencillo para el sector educativo en Colombia. El decreto 1290, expedido en 2009, comenzó a aplicarse y aunque los estudiantes comenzaron su año sin comprender muy bien la nueva norma, algo se les había anunciado: "ahora sí podrán perder el año".
El nuevo decreto entró a reemplazar 0cho años bajo el 230, que al establecer un porcentaje de repitencia menor al 5 por ciento obligaba a los colegios a promover estudiantes de bajo rendimiento.
Para el 2010 cada institución tendría la libertad para establecer su sistema de evaluación, escala de valoración y promoción de estudiantes.
Y así fue. En la mayoría se perdería de 3 para abajo, aunque en otros más exigentes el logro comenzaría a partir de 3.5; y mientras en unos se perdería el año con tres áreas, en otros dos serían suficientes.
Fue a mediados de septiembre cuando las cifras comenzaron a preocupar a maestros, padres y estudiantes.
Tan solo en Antioquia y según cifras entregadas por la Asociación de Institutores de Antioquia, Adida, un 30 por ciento de los estudiantes iba reprobando su grado.
"Si el año se acabara hoy, de cada salón perderían diez estudiantes", dijo en ese mes un coordinador académico de un colegio privado.
En el sector oficial el panorama era más preocupante: la deserción comenzaba a dispararse.
Aunque se ganara en los últimos períodos los resultados eran tan bajos que arrastrarían el promedio final.
La situación obligó a los establecimientos a modificar su sistema de evaluación institucional de manera que los últimos meses tuvieran un porcentaje más alto.
Se comenzó entonces a implementar estrategias, como planes de apoyo individuales, para reducir el número de niños repitentes.
Ya para noviembre la Ministra de Educación, María Fernanda Campo, recomendó a los colegios dar más oportunidades y pensar en la promoción anticipada de los alumnos que en 2011 muestren una mejoría en una evaluación en el primer período.
Todavía no hay cifras del 2010, pues a muchos se les definirá la situación en los primeros meses de 2011.
Sin embargo, la dependencia a las actividades de refuerzo para ser promovidos de año indica que a los estudiantes les dio duro el primer año de aplicación del 1290.
Una transición que demorará tiempo en acomodarse.
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