Las preguntas de la lectora Esperanza Gómez motivan una nueva reflexión sobre la comprensión de los medios de comunicación por parte de las audiencias y la necesidad de formación mediática desde la escuela.
No hay dudas. Mejores lectores, oyentes y televidentes serán mejores ciudadanos.
Ahora se despierta en los medios un afán por mejorar las relaciones con los destinatarios de los contenidos informativos y de opinión. Antes, los periodistas, casi en solitario, intuían los intereses de lectores, oyentes y televidentes y con pocas intervenciones del exterior de las salas de redacción, decidían por ellos.
Tardó un tiempo para que las cartas a la dirección y a la redacción se reconocieran como un derecho a expresar la opinión y a sugerir temas de la agenda informativa. Al fin y al cabo son los lectores los titulares del derecho a la información, no lo son los propietarios de los medios de comunicación ni los periodistas.
No basta con publicar los mensajes de los lectores o atender sus reclamos y quejas. Es necesario aprender a escucharlos y a comprenderlos. Hay que ir más allá: capacitar a las audiencias para que conozcan los medios y los critiquen. Enseñarles a conocer las características, posibilidades y alcances. Facilitar las relaciones en ambas direcciones para vencer la pasividad que estimula la televisión.
La responsabilidad aquí es compartida. Los periodistas deben abrir los ojos y los oídos. Y los ciudadanos hacer el esfuerzo por comprender, es decir entender y penetrar en el alma de los medios para conocer desde los procesos hasta las intenciones. Razonar para deliberar sobre los contenidos con argumentos que conduzcan a sacar conclusiones y lleven a la formación de una opinión sobre los acontecimientos que les interesa y afecta. Y finalmente, darle aliento a la participación activa.
Los ciudadanos lectores, oyentes y televidentes deben subir al escenario para actuar. Quedarse en el lugar de los espectadores niega la posibilidad de conocer las historias que editores y periodistas no alcanzan a percibir.
La lectora Esperanza Gómez pregunta si los medios sí cumplen el papel de informar. La inquietud es válida porque de vez en cuando se perciben abusos y deficiencias en el servicio público de información que ejercen medios impresos y audiovisuales.
Esas fallas menoscaban la credibilidad y la confianza y ponen en riesgo el bien común y el legítimo derecho de los ciudadanos a estar informados con veracidad, independencia, imparcialidad y oportunidad, sin distorsiones ni manipulaciones.
La autora española Adela Cortina, en una reciente conferencia dijo que "Es muy importante construir comunidades de ciudadanos, de gentes que no son manejados por otros, que no son manipulados por otros sino que quieren construir su ciudadanía, pero lo más bonito de la ciudadanía es que nunca se puede construir en solitario, sino que el ciudadano quiere construir su autonomía siempre junto a otros, junto a los que son sus conciudadanos en el seno de la comunidad política".
Sobre la TV
El caso de la televisión es quizás el más crítico porque refuerza la pasividad más que el periódico y la radio. Informar, formar, divertir, y aún educar, son propósitos que cumplen los medios con visibles diferencias. A veces la información se convierte en espectáculo de contenidos banales. A veces los excesos y las decisiones rápidas provocan efectos indeseados. En algunas ocasiones no se profundiza lo suficiente y se pasa de un hecho a otro. Alguien decía que para los colombianos todo lo que acontece es "grave pero no importante".
Los procesos informativos influyen en el clima de confianza o desconfianza, optimismo o pesimismo. Inciden en las conductas sociales, económicas y culturales. Subrayan y recalcan comportamientos con frecuencia alejados de los valores de la convivencia y la equidad.
En la columna anterior quedó claro que las audiencias analíticas y críticas no se logran de un día para otro. La escuela debe hoy por hoy ayudar a formar mejores lectores, mejores oyentes, mejores televidentes, y por ende, mejores ciudadanos.
El compromiso es comprender, razonar y participar. Así ganamos todos porque tendremos unos medios de comunicación de mejor calidad. ¿Quién no está de acuerdo con este propósito?