En ese edificio que algunos comparan con un barco grandísimo y otros con dos contenedores, trabajan unas cuatro mil personas. Y eso que, en los cálculos, caben unas 200 más.
Si afuera la cifra parece grande, adentro, ni qué decir. Es posible recorrer un pasillo y no encontrar a nadie. En ir de una torre a otra, para asistir a una reunión, se pueden gastar hasta unos diez minutos.
En el edificio Bancolombia todo está en su sitio: no hay un vaso mal puesto, ni un bolso, ni una obra de arte fuera de lugar. Ni siquiera la luz natural entra en desorden, pues las cortinas, según el sol, se suben o bajan, en automático.
Cuando el proyecto estuvo listo, los que se iban a pasar, unos 3.700 empleados, ya conocían el edificio. Los capacitaron hasta en la silla, que era nueva, en el manejo de residuos, la impresión, los comedores, la correspondencia... "Había unos cambios culturales muy grandes", dice Beatriz Adriana Gómez, la arquitecta de la gerencia de proyectos de edificios corporativos.
Tal vez por eso, a nadie hay que decirle que en el puesto no se come y que todos, sin excepción, parecen una tacita de plata. Filosofía Sol, la llaman ellos: salud, orden y limpieza.
Incluso tiene que ver con una propuesta ambiental. Las impresoras están retiradas de las personas, para que sólo impriman lo que es realmente importante. No hay carteleras, sino televisores, y como los parqueaderos no alcanzan para todos, la idea es que la gente comparta el carro, use el transporte público o camine. El edificio se planeó en un punto estratégico, central, de fácil acceso.
Y eso que falta decir que el edificio Bancolombia es todo un mirador. Desde él la ciudad se ve imponente. "El 98 por ciento del área de oficinas -señala Beatriz- es abierta". Una vista de 360 grados.
Historias que crecen
La idea primera del proyecto no superaba los 10 mil metros cuadrados. Estaban pensando en unificar las áreas operativas y ya está. Después se vino la integración con Conavi y Corfinsura y quedarse con tantas sedes, casi 15, se volvía ineficiente. Y ahí se empezó a trabajar, hasta llegar a los 138.101 metros cuadrados, que fue en lo que quedó.
El edificio está diseñado de adentro hacia afuera. Empezaron por la parte de conceptualización. Lo primero que pensaron fue en los puestos de trabajo. Querían una construcción funcional, sobria, de calidad, simple y responsable con el ambiente. "El contenedor es reflejo de lo que pasa en el interior. Es un edificio pensado en la gente, buscando que las personas estuvieran satisfechas".
Quizá por eso le preguntaron a los empleados qué se soñaban tener en su lugar de trabajo y algunos hasta pensaron en una piscina.
No obstante, la idea era tener elementos que se adecuaran al banco. Por eso el piso 12 tiene gimnasio, comedores, área de descanso y hasta juegos. Es un espacio que se diferencia de todo lo demás. Cambian los colores y el ambiente.
El edificio Bancolombia es muchas cosas a la vez. No solo está lleno de oficinas y de trabajo. Al ser tan grande está dividido por azul, amarillo y rojo. Y en cada punto central hay una obra de arte, que le hace juego al color donde se ubica. Es galería de las obras de 17 artistas contemporáneos, que suman 35 lienzos, tres murales y tres esculturas.
Un edificio donde cada cosa está en su lugar exacto. Hasta el Supermán, que anda pensando, quizá, que tras su espalda tiene un gigante, bien inteligente.
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