Ambas camisetas son tricolores, el Libertador fue el mismo, la lengua es la castellana, las intenciones tienden a ser similares y los dos vienen de empatar de visitantes. Las únicas diferencias entre Ecuador y Colombia parecen ser que el primero está crecido anímicamente por el resultado histórico (1-1) en Buenos Aires y el segundo no jugó bien el pasado compromiso, pero es uno de los dos únicos invictos.
La hermandad también ha sido un factor determinante entre las dos naciones, aunque actualmente los ánimos están candentes por los enfrentamientos verbales entre los presidentes Rafael Correa y Álvaro Uribe. Sin embargo, esas cosas de familia se quedarán de lado hoy, a partir de las 5:20 p.m., cuando los seleccionados de fútbol de ambos países disputen tres puntos en el estadio Atahualpa.
Los antecedentes favorecen al local, ya que hace 12 años no pierde en Quito con los cafeteros. El presente es similar porque el fin de semana Ecuador estuvo a 10 segundos de ganarle, por primera vez, a Argentina en Buenos Aires, mientras que Colombia sufrió para empatarle a Perú.
Carlos Sánchez, volante chocoano, recomienda no prestarle atención a la historia entre los dos conjuntos ni a los inconvenientes que vivió el combinado patrio en Lima. Lo mejor, según él, es mantener la confianza y la actitud que les ha servido para aparecer hoy como terceros del premundial.
A diferencia de los ecuatorianos, que por medio de su técnico Sixto Vizuete exageraron el optimismo señalando que "vamos por los tres puntos porque tenemos mejor fútbol que el rival", el volante del Valenciennes de Francia asegura que la Selección mostrará otra cara, sin dejarse afectar de los 2.850 metros de altura.
"Esta vez vamos a buscar más espacios, a presionar y desequilibrar a tiempo para tratar de lastimar al contrario con el contragolpe de Perea y Rodallega", concluyó, al manifestar que no se dejarán intimidar por el triunfalismo ecuatoriano.
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