Está de luto la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia. Acaba de fallecer en esta ciudad Monseñor Eladio Acosta Arteaga, su último Obispo y primer Arzobispo. Nació en Medellín, el 9 de abril de 1916. Perteneció a un hogar ejemplarmente cristiano, bendecido por Dios con un obispo, dos sacerdotes: Monseñor Ernesto y el padre Eduardo, y dos religiosas, las hermanas Anita y Miriam, quien vive y se consagró a atenderlo con desvelada solicitud durante su enfermedad. Fueron sus padres José Acosta Correa y doña Rosala Arteaga Fernández.
Cursó los estudios eclesiásticos bajo la dirección de los padres eudistas y en la Universidad Javeriana. Ungido sacerdote el 17 de agosto de 1949, desempeñó importantes cargos en esta congregación, de la cual fue superior provincial.
El 7 de marzo de 1970 fue preconizado Obispo de Antioquia por el Papa Pablo VI. Recibió la ordenación episcopal el 12 de abril de dicho año en la Catedral Metropolitana de Medellín y el 14 tomó posesión de su diócesis.
Al mirar la situación religiosa de ésta, dijo angustiado: "la necesidad más urgente es que nos faltan muchos sacerdotes". Y al oír la voz pesimista de que la región de Occidente era estéril en vocaciones, respondió con las palabras de un famoso obispo chileno: "las vocaciones no faltan, lo que falta es pedirlas, buscarlas, atenderlas y encaminarlas".
Restableció en la Ciudad de Antioquia el Seminario Mayor, trasladado 25 años atrás a Santa Rosa de Osos. El 28 de enero de 1981 decretó su reapertura y el 3 de febrero lo instaló con ocho bachilleres. Restauró uno de los vetustos claustros del histórico plantel, construyó la capilla y 70 alcobas para los alumnos. El árbol levítico produjo opulenta cosecha sacerdotal, que no solo abasteció de clero la diócesis, sino que ha proporcionado sacerdotes a otras diócesis, aun fuera de Colombia.
Se distinguió por su espíritu misionero. Dejó huellas de paz y bien por Urabá y toda la diócesis. No solo visitaba las cabeceras parroquiales, sino las veredas. Realizó 478 visitas a las parroquias y 404 a las veredas, incluidas las más distantes, como Mandé, a 17 leguas del casco urbano de Urrao. Se desveló por la región más remota y marginada de la diócesis: la del Atrato antioqueño, poblado por habitantes paupérrimos de 16 caseríos, la visitó 15 veces navegando al sol y al agua en canoas primitivas, logró que los misioneros del Verbo Divino se dedicaran a su evangelización y fundó tres parroquias.
Creó 15 parroquias en la diócesis, integró el Capítulo Catedralicio, inauguró el Museo de Arte Religioso "Francisco Cristóbal Toro" y fundó la Casa del Sacerdote.
El 18 de junio de 1988, la diócesis de Antioquia fue elevada a rango arquidiocesano con el nombre de Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia y su Obispo promovido a la dignidad de Arzobispo. Fue pastor de manos generosas para con los pobres. Un distinguido hijo de Santa Fe de Antioquia, el doctor Alberto Velásquez Martínez, lo llamó "Apóstol caminante que también hace camino al andar, luchador de la convivencia, de la tolerancia y del servicio". Pastoreó la grey con solicitud de padre, alma de misionero y corazón de amigo. Al cumplir la edad ordenada por la Iglesia, le fue aceptada su renuncia, el 10 de enero de 1991. Lo han sucedido dos beneméritos pastores: Monseñor Ignacio Gómez Aristizábal y Monseñor Orlando Antonio Corrales, actual arzobispo de Santa Fe de Antioquia.
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