“No, eso es mejor ni pensarlo”. Respondió Humberto Santamaría, profesor de matemáticas, que mantiene en Las Nubes. Sorbió café y no ocupó su mente ni un momento en fantasear sobre lo qué haría con 78 mil millones de pesos, el acumulado del Baloto, si lo ganara.
Contrario a él, casi no hay humano que no se entregue con gozo a imaginar tal cosa. En esos momentos en que sueñan con los ojos abiertos, se ven a sí mismos potentados y generosos.
“Le compraría casa a mi mamá -reveló Fernando González, no el filósofo de Envigado, sino el sujeto momposino que atiende el bar Las Nubes-. Les daría subsidios a campesinos que, teniendo un pedazo de tierra, no poseen con qué cultivarla. ¿Para mí? No; hay gente que está más mal. Uno vive así”.
Alejandro Zuleta, dependiente de El Arca de Noé, cacharrería fundada en el año en que mataron a Gaitán, calculó: “Quedarían unos 59 mil millones, después de darle su parte al Gobierno. Montaría una empresa para vincular a discapacitados físicos. Para mí, compraría casa en un pueblo para pasar temporadas e iría de paseo a Egipto para conocer las pirámides”.
MaríaAceneth tiene claro qué establecería una legumbrería. Trabaja en una y debe darse cuenta de que las habichuelas son buen negocio. Pero antes mencionó la idea de “ayudar a la gente más pobre”. Su compañero Jaír Aguirre dijo que si uno se ganara una suma así, “se enloquecería”. Pero de todos modos -loco o no- daría viviendas a familias que conoce e “iría a recorrer el mundo”. ¡Vaya locura!
“Solo creo en la mano mía”
Yénifer Ruiz es vendedora de huevos. Dijo: “¿qué haría? Pregunte, más bien, ¿qué no haría? Ayudar a la gente que sí lo necesite. Pondría una fundación para atender a niños discapacitados y una empresa para generar empleos. De viaje, me iría bien lejos con mi familia: a Acapulco. Sí, nos iríamos a conocer Acapulco”
Tajante, el filósofo, químico y billarista Alonso Hincapié, contó: “No creo en las loterías. Solo creo en la mano mía y cuando juego billar ni siquiera apuesto. Pero claro que me iría a conocer el mundo. Iría con mi esposa porque sabe geografía y de cada país o ciudad conoce cuáles son los sitios más importantes en materia cultural o histórica. No como una amiga que viajó en un crucero por el Mediterráneo. Al llegar, le preguntamos: ¿qué ciudades visitaste? Y nos respondió: ‘El barco hizo paradas en varias ciudades, pero yo no sé cuáles’. Viajaría, pero estoy seguro de que no sería con plata de lotería alguna”.
“Ayudaría a parientes y amigos. Aunque, uno no sabe si tanto dinero lo dañe. Claro que por más tacaño que uno se vuelva, imposible que no dedique 10 mil millones para ayudar a la gente”.
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