Antioquia se enfrenta al gran desafío de poner el fabuloso caudal del río Cauca a generar energía limpia para su progreso y el del país. Allí están cifradas grandes expectativas.
Se acaba de dar inicio al proceso de contratación para la construcción de dos túneles, cada uno de 14 metros de diámetro y un kilómetro de longitud, para la desviación del río y otro de 7,5 metros de ancho y 950 metros de largo, para el acceso a la casa de máquinas de la que será la Central Hidroeléctrica de Ituango, la mayor del país. Además de lo referente a la estructura subterránea del proyecto.
El anuncio de grandes obras por licitación despierta temores en Colombia. Han sido muy sonados los fracasos que han tenido algunos megaproyectos viales, rodeados de escándalos de corrupción y presuntas falsas quiebras de los contratistas.
Estamos seguros de que tales suspicacias no caben aquí, por estar al frente de estas obras Empresas Públicas de Medellín y la sociedad Hidroituango, las que seguramente se harán acompañar para la construcción de firmas de reconocida solvencia moral y probada capacidad técnica y económica.
Se sabe que hay empresas de Italia, España, México y Colombia interesadas en el proyecto. Para el caso de las nacionales resultará bien interesante el reto y su participación sería una muestra más de confianza en la capacidad de la ingenería antioqueña y colombiana.
Las licitaciones para las obras civiles principales de la Central, sin contar aún la presa, son el despegue de un proyecto de dimensiones colosales. Es el gran desafío de Antioquia en esta década y abogamos por su buena gestión social, ambiental, técnica y económica.
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