Santiago Botero no entiende cómo los medios nacionales no le han dado la dimensión que requiere el tercer puesto de Colombia en el Mundial juvenil de pista.
Dos medallas de oro y una de plata “es para que se hiciera más bulla” que a otros logros obtenidos antes por el ciclismo nacional en el exterior, opina.
Botero considera que ese tercer puesto de la reducida delegación nacional en Nueva Zelanda, amerita darle la jerarquía que se requiere, porque no se trata de un hecho aislado, sino el resultado del trabajo de base y diferentes actores del ciclismo colombiano.
“Esto no lo habíamos visto desde la época de la medalla de oro de Marlon Pérez. Es un logro que le da mucho lustre al ciclismo colombiano que es mirado con respeto y admiración internacionalmente”, considera el mánager del Orgullo Antioqueño y cabeza de la delegación paisa hacia los Juegos Nacionales.
Pero Botero no es el único que habla de un enorme logro, algo que también comparte la medallista olímpica y campeona mundial, María Luisa Calle, quien retomó los entrenamientos tras su actuación en los Juegos Olímpicos de Londres.
“Es una conquista de mucha importancia, porque se trata de tres medallas obtenidas en un Mundial de los jóvenes que harán la generación de relevo. Esta clase de competencias los hace visibles ante el mundo y hay que darles mucho apoyo, para que puedan realizar el proceso de la forma debida”, destaca la atleta que enfocará su trabajo hacia la persecución individual.
Calle considera que en el caso de los muchachos que apenas comienzan, resultan clave los padres de familia, quienes realizan enormes esfuerzos para sacar adelante a sus hijos en el deporte. Pero con el apoyo de las ligas y de la Fedeciclismo, es que tienen la ocasión de mostrar todo su talento en competencias internacionales, para confirmar el trabajo realizado desde la base.
“A mis hijos Fernando y Juliana -ambos en selecciones de Colombia- les he podido colaborar y enseñar el ciclismo por medio del club Clecilja (Club de Ciclismo de La Ceja). Los sacrificios son muchos y los hago con gusto. Incluso en estos dos meses he estado sin plata, porque el dinero se invirtió para que Fernando pudiera costear un mes de la concentración en Bogotá”, refrenda Hernando, el padre del ciclista antioqueño que volverá al país esta noche.
“Este es un nuevo aire para el ciclismo colombiano. Se suma a lo hecho recientemente por Mariana, Oquendo y Rigoberto. Es clave que se siga saliendo y para esto la Fedeciclismo requiere mucho apoyo”, advierte el técnico Héctor Pérez, que ganó el ciclismo de los Olímpicos de la Juventud, en los que se sembró otra semilla de las que ahora germinan.
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