Ayer era el futuro; hoy, el presente. La Iglesia, que durante la segunda mitad del siglo XX vio con admiración el fervor católico que recorre Latinoamérica, corona a un hombre nacido en una región que hasta hace poco era conocida como "el continente de la esperanza".
De la primera visita de un Papa a suelo latinoamericano a la designación del argentino Jorge Mario Bergoglio ha pasado menos de medio siglo. Fue Pablo VI el primer sucesor de Pedro que visitó el continente, y Colombia, en el año de 1968. También fue él quien acuñó la expresión muchas veces repitió Juan Pablo II en sus 18 viajes a la región.
"La esperanza para un cambio económico, político, la esperanza para el renacimiento de un continente que pudiera generar unos procesos democráticos más estables... en eso se convirtió el continente de la esperanza con Juan Pablo II", señala Olmer Muñoz, docente de la asignatura Política y Religión de la Maestría en Estudios Políticos de la UPB.
Según monseñor Jorge Aníbal Rojas, el crecimiento del catolicismo y el alto porcentaje de población juvenil fueron las razones principales para que se relacionara a Latinoamérica con el futuro de la iglesia.
"Particularmente España y Francia han sido el lugar de llegada de los sacerdotes y seminaristas de América Latina", apunta monseñor Rojas, para quien el continente de la esperanza carga con la misión de reevangelizar una Europa cada vez más laica.
"A América Latina, habiendo sido evangelizada, le correpondería en un momento de la historia reevangelizar Europa, como está sucediendo en este momento".
El Papa y el continente
De acuerdo con Muñoz, el diálogo interreligioso y el creciente ateísmo en América Latina serán dos de los retos que tendrá que enfrentar Francisco en su pontificado. La pregunta de fondo tras él, tal vez sea qué tan importante será la región de ahora en adelante para la Iglesia romana.
Para Carlos Alberto Patiño, docente de la Universidad Nacional y experto en asuntos internacionales, la elección de Bergoglio responde precisamente a que el núcleo actual del mundo católico está en América Latina.
El Papa Francisco, opina, podría impulsar un acercamiento entre El Vaticano y algunos de los procesos políticos de la región, como las negociaciones de paz en Colombia o los movimientos sociales de México y Brasil.
Su elección, añade, "es una respuesta tardía, pero que al fin llega, a los crecientes procesos de aparición de grupos diferentes a los católicos, especialmente protestantes, que han llegado a la región de forma masiva".
Cerca de 500 millones de latinoamericanos son bautizados en la fe de la Iglesia Católica, un 40 por ciento del total de fieles de todo el mundo.
En contraposición al supuesto crecimiento del catolicismo en América Latina, monseñor Rojas asegura que la Iglesia pierde terreno en Europa y África.
¿Entrará el catolicismo latinoamericano en una nueva era con la llegada del nuevo Papa? Incierto aún saberlo.
Sin embargo, la región se perfila como la fuente de evangelistas que serán la punta de lanza de El Vaticano en un mundo que, como advierte Monseñor Rojas, "cada vez es más laico y hedonista".
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