Aunque el Gobierno saca pecho por la creación de nuevos puestos de trabajo y la disminución de casi un dígito en la cifra del desempleo, los trabajadores no creen en las cifras oficiales, las califican de maquilladas y critican que la tasa de desocupados bajó por el trabajo informal.
No obstante, entre junio de 2011 y junio de 2012, según el Dane, se crearon en Colombia un millón 280 mil nuevos puestos de trabajo, una cifra nada despreciable, especialmente si se mira bajo la meta del Gobierno actual, de crear 2,5 millones de puestos de trabajo en el cuatrenio.
Pero, la pregunta que todos los analistas se hacen es ¿qué tipo de empleo se está generando? La batalla no es solo por darle a más ciudadanos una fuente de sustento, sino que esta fuentes sea sostenible en el tiempo y que se mueva dentro de lo legal y lo formal.
Por ello, del informe sobre la situación del mercado laboral en junio, divulgado por el Dane se debe derivar un análisis no solo sobre la reducción de casi un punto porcentual en la tasa de desempleo (en junio fue de 10 por ciento comparada con junio de 2011, de 10,9 por ciento), sino también sobre la calidad de los nuevos empleos generados.
La tasa de desempleo inició el año en el 12,5 por ciento, y en mayo había bajado al 10,7 por ciento.
Según el informe, en junio había en el país 21 millones 22 mil personas ocupadas, mientras que en 2011 esa cifra era de 19 millones 743 mil personas, un aumento de 6,5 por ciento. Por su parte, los desocupados fueron en total 2 millones 243 mil comparado con el año pasado, que sumaron 2 millones 417 mil, una disminución de 3,1 por ciento.
“El hecho de que pasemos de las 21 millones de personas empleadas es un gran resultado que nos muestra que la economía sigue por buen camino y que corrobora lo que hemos venido diciendo en el equipo económico del Gobierno: que la economía va bien, que no hay asomo de crisis hasta el momento”, señaló Mauricio Santamaría Salamanca, director de Planeación Nacional.
Para el jefe del partido Liberal, Simón Gaviria Muñoz, la disminución del desempleo es una muestra de que la economía colombiana goza de buena salud, pero dice que no es un síntoma para confiarse.
Y otros analistas, como Julio Roberto Gómez, secretario General de la Confederación General del Trabajo, ponen en duda una caída tan drástica. “Según el Dane, el desempleo cayó al 10 por ciento. Yo siento un profundo respeto por este ente, pero en esta ocasión se le fue la mano... Esa cifra está demasiado maquillada. Lo único que crece es la informalidad, la precariedad laboral. Creer en ese indicador es creer en lo que uno no ha visto, pues el desempleo real en Colombia puede estar entre el 14 y el 16 por ciento”.
El líder sindical espera discutir este tema en la próxima reunión de la Comisión de Concertación Laboral, el próximo 3 de agosto, “pues queremos saber en qué sectores se han generado estos nuevos empleos, si la propia Andi dice que hay desaceleración y que las metas de crecimiento no se van a cumplir”, puntualizó.
Entonces, ¿bajo qué condiciones se crearon estos 1,2 millones de nuevos puestos de trabajo? Para Guillermo Correa, director de Investigaciones de la Escuela Nacional Sindical, hay evidencia clara de una precarización del empleo en el país. “El empleo ha crecido, pero preocupa dónde ha crecido. Cuando se analizan las cifras del trimestre móvil abril- junio y se comparan con el mismo período de 2012, se encuentra que el 20 por ciento ha crecido en el rubro de trabajo familiar no remunerado, mientras que otro 22 por ciento lo hizo en trabajo de otros sectores no remunerados. De igual forma, el trabajo doméstico crece 9 por ciento y el empleo por cuenta propia, un 3 por ciento”.
Con todo esto, señala el investigador, se tienen cerca de 500.000 nuevos puestos de trabajo precarizados para este año.
Subempleo sigue subiendo
Mauricio López González, investigador de la Universidad de Antioquia y experto en el tema en el programa Medellín Cómo Vamos, resalta que en los últimos meses ha aumentado la presión sobre el mercado laboral, pues la tasa global de participación ha crecido.
“Este indicador, que mide la relación porcentual entre la población económicamente activa y la población en edad de trabajar, pasó de 62,9 por ciento a 65,3 por ciento, lo que quiere decir que hay más presión sobre el mercado laboral. Ante esta situación uno esperaría mayor desempleo pero, por el contrario, aumentó la tasa de ocupación”.
Para el experto, también hay que mirar el comportamiento del subempleo, que, al crecer, indica que los empleos que se están generando no son de muy buena calidad. La tasa de subempleo subjetivo pasó de 31 por ciento a 33,1 por ciento, mientras que la de subempleo objetivo aumentó de 11,3 por ciento a 12,2 por ciento. Esto quiere decir que en un año, los subempleados crecieron en un millón 213 mil personas.
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