Me preocupa lo que sucede con la ola invernal, que sigue causando destrucción y víctimas, sin que se haya hecho nada distinto a calmar a las personas y atender con urgencia las emergencias. Eso hay que hacerlo; hay que atender primero a las víctimas, brindarles ayuda y calmar sus necesidades. Hay que darles elementos para sobrevivir el momento difícil, hay que darles alimentos, vestidos, frazadas y colchones, que es lo que más necesitan por el momento. Hay que hacer los planes de vivienda necesarios para quienes todo lo han perdido.
Eso que se hace está bien, pero hay que pensar en el futuro para que no se vuelvan a presentar estas tragedias, o por lo menos, que no se presenten en forma tan cruel y despiadada. En resumen, hay que prevenir y dar soluciones que no se han dado en toda la historia de estas tragedias.
Varias veces he tratado el tema de la necesidad de dragado y limpieza de los ríos.
Varias veces he tratado el tema de la necesidad de la reforestación a lo largo de los ríos y de las zonas cercanas a los nacimientos de estas fuentes de agua. Varias veces he mencionado la falta que hace el Instituto Mi Río (en mala hora para Medellín, acabado por una administración carente de visión de futuro) que había mitigado las inundaciones en sectores de Medellín.
Me he enterado y he visto ayer en este mismo periódico lo que se ha hecho en Rionegro por parte de Cornare y de la administración del municipio para evitar las inundaciones y tragedias que se presentaban con frecuencia cuando se recrudecían la lluvias, como ahora sucede.
Le pregunté al director de Cornare, doctor Carlos Mario Zuluaga, por una ampliación que se estaba haciendo en el cauce del río Negro por los lados de la carretera del aeropuerto a Llanogrande. Que si era una obra de particulares o de quién y él me contó el cuento. Es una obra que hace la entidad que él conduce en concordancia con la alcaldía de Alcides Tobón. Están dragando el río, están ampliando la capacidad del mismo con el aumento de su ancho y están subiendo las orillas con el mismo material que se saca del lecho del río. Nada más sencillo para que ese cauce ampliado tenga mayor capacidad de conducción de agua y, a la vez, se suben las orillas para aumentar notablemente esa misma capacidad.
Leo en EL COLOMBIANO que las inundaciones que se presentaban en los barrios El Porvenir, Las Playas y San Gerardo no se han padecido ahora por las obras que se hacen.
Además de aumentar la capacidad hidráulica del río, se puso un sistema de tablestacado metálico para proteger unas zonas bajas de las inundaciones que eran frecuentes en esos barrios. En obras de dragado se invirtieron 2.000 millones de pesos, lo que quiere decir que si los cuatro billones de pesos que se anuncian para los que perdieron sus viviendas y enseres se hubieran invertido a lo largo de los años en dragado de ríos y mejoramiento de los cauces, esos cuatro billones tan necesarios ahora para atender a quienes sufrieron por los daños, hubieran evitado lo que ahora está pasando.
Además de dragado, insisto, hay que reforestar, hay que elevar las orillas de los ríos con el mismo material que se saca de su lecho.
Hay que dragar el Magdalena, el Cauca, el San Jorge, el Sinú, para evitar que la riqueza de La Mojana se pierda cada vez que hay época de lluvias. Hay que dragar el Atrato, el San Juan y los otros de la zona pacífica, si queremos que esas ricas regiones produzcan para el mundo. Y hay que dragar los ríos de los Llanos Orientales si queremos aprovechar económicamente esas llanuras y si queremos un transporte eficiente y barato. Sigamos el ejemplo de Cornare y Rionegro.
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