El concurso empezó mal y terminó peor. La encuesta realizada por History Channel en compañía de El Espectador, en el que fue escogido como El Gran Colombiano de todos los tiempos el expresidente Álvaro Uribe, estaba erróneamente planteada desde su nacimiento.
Desatinado esperar un resultado creíble de una encuesta para determinar quién ha sido la persona más influyente de la historia nacional, en donde también se incluyen personas que no han sido relevantes para la historia nacional. Lamentable.
Puede que algunas de estas figuras hayan sido, o sean, cruciales para el entretenimiento, o para el deporte, pero eso no es la historia.
No se puede comparar en la misma canasta al escritor Gabriel García Márquez, al líder político Antonio Nariño, al científico Manuel Elkin Patarroyo, al comediante Jaime Garzón, a los cantantes Juanes y Shakira y varios ex mandatarios recientes.
No.
Y eso demuestra que el vacío de donde partió el concurso es la definición con la que instrumentalizó, y prostituyó de paso, la palabra historia, al confundirlo con un concepto, aun más prostituido por estos días, que es: popularidad.
El resultado lo que mide es el colombiano más popular, en la actualidad, incluyendo algunos personajes históricos, y no el que más importante ha sido para la historia nacional.
Diferente.
Lo más preocupante es que, de los candidatos finalistas, Antonio Nariño es el único que ha sido influyente de la historia nacional. Ni siquiera García Márquez, con su Nobel, hace parte de ese listado, ya que su aporte ha sido crucial para la literatura nacional e internacional, mas no para determinar el rumbo de la historia del país. Sin duda.
Por eso la aplastante victoria del expresidente Uribe con más de un millón cien mil votos, no puede generar controversia, sino entendimiento. No se trata de compartir el resultado, ya que es difícil argumentar, de manera creíble, que el exmandatario ha sido la persona más relevante de la historia colombiana.
Aunque el expresidente Uribe ha sido uno de los más importantes del presente político, para bien y para mal, eso está lejos de hacer la historia del país. Faltaba más.
Pero el expresidente ganó haciendo una demostración de su abrumadora popularidad. No hay que quitarle méritos a eso.
Ahora bien, cosa distinta sería encuestar de manera rigurosa a los diez historiadores más representativos e influyentes, colombianos e internacionales, que han estudiado los acontecimientos del país, con el mismo objetivo.
Ellos, con fundamentos y argumentación, podrían determinar quién ha sido el gran colombiano de la historia nacional, pero de ninguna manera lo puede hacer una encuesta en internet, hecha de afán y sin rigor, que despóticamente trata de apropiarse de esa asignación. No.
Este capítulo deja en evidencia la ignorancia, superficialidad y desinformación de muchos colombianos hacia los personajes importantes y relevantes de este país, y hacia nuestra historia, reciente y pasada.
Pero como ya se dijo anteriormente, el problema no es el resultado. El problema estaba en el método de esa encuesta y en lo que entienden los colombianos por el concepto de historia.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6