La Aeronáutica Civil (Aerocivil) negó la declaratoria de cielos abiertos para el aeropuerto José María Córdova de Rionegro, por considerar que no es oportuno ni recomendable, entre otras cosas, porque "una declaratoria en tal sentido conllevaría una respuesta positiva a peticiones similares de las demás regiones del país que se encuentran en igualdad de condiciones, tal es el caso de Cali o Bogotá".
De esta forma, el despacho oficial respondió la solicitud del sector turístico antioqueño durante la firma del Acuerdo para la Prosperidad, que encabezó el presidente Juan Manuel Santos, el pasado nueve de octubre, en Plaza Mayor.
Para el director de Aeronáutica Civil, Santiago Castro Gómez, "incluir a Medellín en esa declaratoria, en la práctica conduciría a adoptar una política generalizada de cielos abiertos para el país, lo que en algunos bilaterales puede resultar inconveniente y comprometer el principio de reciprocidad real y efectiva, entregando Colombia mercados sustancialmente mayores a los que podría recibir a cambio".
El funcionario agregó, en carta enviada el pasado 15 de octubre al Alto Consejero para las Regiones, Miguel Esteban Peñaloza Barrientos, que "si solo se mira la política turística, aisladamente del contexto del sector aeronáutico, todas las ciudades de Colombia tendrían un gran interés en promover el turismo en sus planes de desarrollo".
Los otros peros...
El director de Aerocivil consideró también que Medellín está incluida en múltiples cuadros de rutas en diferentes acuerdos de transporte aéreo (Bolivia, Ecuador, Estados Unidos, Perú, Venezuela, Costa Rica, Panamá, España, Aruba, México entre otros), que representan un potencial para atraer nuevas operaciones que pueden ejercer estos derechos de tráfico.
Otra explicación para la negativa es que "existen muchas rutas acordadas que no son atractivas para las aerolíneas operar y en otros casos son los países con los que se está negociando los que no acceden a entregar en beneficio de nuestra nación condiciones de acceso equitativas".
Castro Gómez puso como ejemplos los acuerdos aéreos suscritos con México y Alemania en los que Colombia debió aceptar los esquemas restrictivos impuestos por esos países, lo que "evidencia que no en todos los casos prevalece el interés y los planteamientos de la parte colombiana".
La Aerocivil consideró que Colombia debe ajustarse a las disposiciones del Convenio de Chicago, carta magna de la aviación civil en el mundo, y honrar sus principios, como es el de la reciprocidad real y efectiva que debe prevalecer en todas las negociaciones internacionales y, no hacerlo, generaría situaciones de inequidad para el sector aeronáutico y resultaría injusto que Colombia aplicara una política de cielos abiertos unilateral, sin garantía ni compromiso equivalente de otros Estados que en cambio sí podrían aplicar restricciones a las operadores colombianos.
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