Con preocupación veo cómo los ataques despiadados de la oposición al gobierno tienen un carácter enceguecido de desprestigiar la gestión de quien, por mucho, ha sido el mejor Presidente que hemos tenido los colombianos.
Se le ataca porque se demoró en ponerle fin a las tristemente célebres pirámides. Se le ataca porque cerró prematuramente a DMG.
Se le atacaba porque no extraditaba a los paramilitares y se le atacó porque los extraditó. Se le ataca porque sí, se le ataca porque no.
¿Y cuál es la razón de ser de estos ataques? Simple y llanamente la oposición no le puede quitar el poder a un presidente que está haciendo bien las cosas. La única forma es creando el caos y el desorden en el país y así en río revuelto, ganancia de pescadores, como dice el adagio popular.
Esta política de crear el caos y la anarquía para demostrar que hay necesidad de un cambio en el poder, es la política que egoístamente y de forma antipatriota, trata de imponer la oposición. Es la política de Alberto Santofimio Botero, a quien llegué a admirar como un joven político en los años 70, hasta que un periodista le preguntó: ¿Si le toca tomar una decisión que es buena para su partido, o buena para el país, cuál tomaría usted? Y él no vaciló en decir que tomaría la que es buena para su partido. En otras palabras, le importa más beneficiar a sus amigotes políticos que beneficiar a todo el pueblo colombiano. Es la política de Piedad Córdoba, quien trata de aislar al país internacionalmente para debilitar al gobierno y solo así tener chance de que ella o su partido pueda llegar a la presidencia.
Recuerdo que en los años 6o cuando, yo aún era un estudiante universitario, le pregunté a un compañero que era comunista marxista, revolucionario declarado: ¿Por qué ustedes tienen que tirar piedras en las manifestaciones, incendiar carros, bloquear las calles y hacer todos estos actos vandálicos? Su respuesta fue contundente: Es que nosotros no nos podemos tomar el poder si el país va bien. La única manera es crear el desorden y el caos para así forzar un cambio en el gobierno. Yo le respondí: Entonces lo malo no es el gobierno actual al que ustedes quieren tumbar sino el que ustedes quieren crear.
Esa es la realidad de la oposición en Colombia. Crear el caos, crear el desorden, destruir el país para así obligar a un cambio en el gobierno. En otras palabras, perjudicar al país para favorecer a sus partidos y a sus amigotes políticos. ¿Es esto hacer política? ¿Es esto hacer patria? ¡Claro que no! Estos son delincuentes que quieren devorar el erario público para favorecer sus intereses y el de sus amigos.
Y más lamentable aún es ver cómo ciertos medios de comunicación, tanto hablados como escritos, hacen el papel de idiotas útiles, siguiéndoles el juego a estos apátridas, poniéndole palos en la rueda al gobierno para entorpecer su gestión.
El presidente Uribe sí se ha equivocado como nos equivocamos todos. Pero si ponemos en una balanza sus aciertos y sus errores, vemos que pesan mucho más sus aciertos. La única persona que solo comete un error en la vida es aquella que decide no hacer nada... y lo cumple.
El jueves 27 de noviembre un director de un medio radial muy escuchado dijo, palabras más, palabras menos, asumiendo que el presidente Uribe no será reelegido en el 2010: El próximo presidente que sea elegido para el período 2010-2014 tendría que hacer un gobierno tan malo... tan malo, que sería derrotado por el presidente Uribe en el 2014. Eso es ser ciego y antiuribista sesgado.
Tratan estos medios de comunicación de demostrarle al 80% de los colombianos que estamos equivocados en apoyar al gobierno del presidente Uribe. Eso es ir en contra de la corriente. Es tratar de demostrar que el círculo es cuadrado.
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