El mediador internacional de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, lamentó hoy que su propuesta de alto el fuego fuera ignorada por las partes en conflicto, aunque mostró su voluntad de poner fin a la violencia en el país árabe.
"Lamento profundamente que este llamamiento fuera ignorado, pero esto no minará nuestra firmeza. El pueblo de Siria merece nuestro apoyo", afirmó en rueda de prensa Brahimi en relación al incumplimiento de la tregua durante los cuatro días de la Fiesta Musulmana del Sacrificio.
Brahimi, que hizo estas declaraciones tras reunirse en Moscú con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, subrayó que "la crisis siria es extraordinariamente peligrosa".
"La situación ahora es muy complicada, empeora y toda la comunidad internacional debe unirse y ayudar al pueblo sirio a encontrar una salida a la crisis", destacó.
Pese al fracaso de la tregua, el mediador árabe subrayó que continuará haciendo todos los esfuerzos posibles y que estará dispuesto a cooperar con todos los actores internos y externos a fin de acabar con la violencia y comenzar el proceso de construcción de una nueva Siria.
En sus primeras declaraciones sobre el fracaso de la tregua, Brahimi aseguró que Siria necesita "auténticos cambios".
Con todo, descartó por el momento el despliegue de cascos azules de la ONU en el país, donde más de 32.000 personas habrían muerto desde el comienzo del conflicto hace año y medio.
"La ONU no estudia la posibilidad de enviar una operación de pacificación a Siria. Si el Consejo de Seguridad decide enviar una misión de paz en el marco de los esfuerzos de apoyo al pueblo sirio, pues estaremos preparados", comentó.
Lavrov también lamentó el fracaso del alto el fuego que debió haber entrado en vigor el viernes y prolongarse hasta la jornada de mañana.
"Nosotros, por supuesto, estamos muy decepcionados de que la iniciativa de Brahimi no fuera escuchada, ya que la apoyamos activamente", dijo.
Lavrov denunció que todos los días se producen actos violentos y de provocación por parte de los rebeldes sirios y respuestas desproporcionadas por parte del régimen de Bachar al Asad.
"Por eso, nuestra principal misión a estas alturas es convencer a todos los sirios que combaten unos contra otros para que dejen de disparar y se sienten a la mesa de negociaciones", dijo.
El jefe de la diplomacia rusa aseguró que Moscú apoya el retorno de la misión de observadores de la ONU.
Además, llamó a todas las potencias que tienen influencia sobre el régimen de Damasco y la oposición armada a que ejerzan su ascendencia para que las partes en conflicto cesen el derramamiento de sangre e inicien el diálogo político.
Al respecto, criticó al Consejo de Seguridad por no respaldar el acuerdo de Ginebra, que llama a ambas partes a deponer las armas y formar un Gobierno de transición.
Poco después de la entrada en vigor de la tregua, el Ejército sirio acusó a "grupos terroristas armados" de haberla violado en varias provincias del país, mientras que aseguró que sus tropas la respetaron, pero se vieron "obligadas" a responder a los ataques.
En los últimos días, según la oposición, el Ejército sirio ha reanudado los bombardeos por tierra y aire contra las regiones controladas por los grupos armados suníes, y aprovechado la tregua para recuperar el control sobre algunos barrios de Damasco.
