La suerte del diccionario, quien sabe si otro libro la quisiera. Cientos, miles de lectores cada día acuden a su saber, y le creen... Pero casi nadie lo cuenta entre sus lecturas habituales.
No lo leen en orden, sino en la página de la palabra que requieren visitar, parecido a la Biblia, que los cristianos leen en cualquier parte, casi nunca de principio a fin. En ambos casos, la fe es la misma.
Sé de un personaje que lee los diccionarios de principio a fin, como si fueran novelas. Es Juan Gossaín, el periodista. Lo dijo en su espacio radial, cuando lo tenía.
Sé de alguien más que lo lee como un diccionario, es decir, consultándolo, con rigor académico y con placer de palabrófilo. Es Juan José García Posada, también periodista. "Tengo como norma aprender al menos una palabra cada día", cuenta. Y él tiene mucho para quien aprender: para sí mismo, claro, y para los miles de oyentes de un miniprograma radial llamado Consultorio del Idioma, que emite en Radio Bolivariana, en compañía de la periodista Natalia Andrea Uribe.
Los diccionarios, dice García Posada, son imprescindibles para recorrer el laberinto del idioma. Y el de la Real Academia, asegura, lo consulta desde su teléfono, en cualquier parte. Lo consulta cuando no sabe y cuando duda.
Ahora, cuando estamos a un día de la aparición de la edición número 23 del Diccionario de la Real Academia, ya está listo para buscar las nuevas palabras.
El Diccionario trae 93.111 vocablos y expresiones. García Posada intuye que entre las 8.680 que tiene de más esta edición, con relación a la 22, de 2001, son vocablos provenientes de las nuevas tecnologías.
El Diccionario tiene más de 40 millones de visitantes al mes en su edición digital. Y según el secretario de la Real Academia Española, Darío Villanueva, a partir de ahora se hará desde el principio con una concepción digital y tendrá también versiones en papel.
El académico explica que para su elaboración han participado 22 Academias de la Lengua Española y comenzó a elaborarse desde el año de publicación de la edición anterior. La primera edición de esta obra es de 1780.
Implosionar, audioguía, cortoplacista, hipervínculo, medicalización, naturópata y serendipia, además de impasse, multiculturalidad, feminicidio, hacker, externalizar, spa y positividad, son algunos neologismos que veremos en la nueva obra, que saldrá al mercado mañana con un costo de 149.000 pesos por los dos tomos.
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