El medio día se llenó de música. Los acordes de la Red de Escuelas de Música se fueron metiendo por entre los árboles y las bancas del parque. La ubicación de la orquesta era la de siempre, la de toda la vida. La retreta había regresado, allí se dio el encuentro de dos amantes.
El Parque de Bolívar y sus frecuentes pasajeros fue rodeado por una atmósfera familiar, la del arte, la de la música. Muchos de los visitantes de ayer en este paraje del centro, evocaron la época cuando la retreta era una cita infaltable cada domingo. Y así lo comentaron:
Óscar Álvarez le pudo mostrar a su hija Geraldine, de nueve años, la magia de un concierto de parque en la mañana. "Veo que están los jóvenes de la Red de Música, les he escuchado y me gustan. Esta retreta es la oportunidad de encontrarse con la música, como lo hemos hecho siempre en este espacio".
Roberto Gómez y su amiga Yenny Paola también cumplieron la cita: "La retreta tuvo gran significado hace 15 años, ahora quisiéramos ver el parque en mejor condición, para seguir disfrutando de este espacio".
El maestro Marco Antonio Castro estaba contento: "Siento nostalgia, desde que llegué a Medellín, hace 38 años, participé en la retreta. Los domingos eran para la familia y la música, esto hace parte de nuestras vidas, quisiera que la red se hiciera dueña de este espacio".
Punto para la retreta. Medellín la extraña, el parque la quiere de vuelta.
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