Urgente. Así le dijeron al consultor del Parque Tecnológico de Antioquia que era una reunión a comienzos de 2012, para buscarle salidas al lío en que terminó convertido el jugoso contrato de venta de plantines de stevia. Realizado el análisis, el experto les sentenció: "No esperen al mexicano".
Un año atrás, el mismo personaje les dijo: tengan cuidado con su primera experiencia internacional, comiencen con poquito, no pacten exclusividad con el comprador y pidan garantías. En su concepto, el PTA cometió varios errores.
Omitir la póliza de cumplimiento.
Fijar fechas de embarque por semanas y haberle aceptado al cliente, verbalmente, el cambio de fechas de los embarques, sin firmar un otrosí.
Seguir adelante con la producción a pesar del incumplimiento en los pagos.
Y, entre otros, fijar un precio de venta muy bajo, con poco margen de ganancia, de 3 centavos de dólar por plantín de stevia, cuando en México se ven precios entre 8 y 10 centavos.
En diálogo con este diario, el consultor -que prefiere mantener en reserva su nombre- considera que el mexicano hizo un excelente negocio, al obtener materia prima tan barata y acceder a estímulos gubernamentales en su país.
Anotó que cierto es que ese era el negocio del siglo para el PTA, pero justamente por eso debieron ser más previsivos. Su criterio es que la cláusula penal del 25 por ciento del valor del contrato es "un saludo a la bandera", por la manera como se ha escurrido el cliente y por las mismas equivocaciones en que incurrió el PTA.
Su consejo: terminar el contrato, pactar un cero a cero entre las partes y buscar nuevos compradores para el producto. Él mismo le dijo al PTA que le interesa sacar adelante ese negocio.
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