Los gremios industrial, Andi y agrícola, SAC, se le han adelantado al gobierno y, antes de que este anuncie su plan de choque para reactivar estos sectores, han presentado sendos documentos en los que plantean los asuntos que consideran necesarios para impulsar su crecimiento.
En el caso de la industria, la mayoría de las solicitudes se centran en aspectos de corto plazo, con los cuales se busca recuperar los niveles de rentabilidad y el dinamismo de las distintas actividades. El eje de las solicitudes está en aspectos relacionados con la reducción de los costos de producción; en mejoras de los ingresos de las empresas a través de un manejo cambiario que asegure una tasa de cambio más favorable, y en asuntos relacionados con el comercio exterior, como son la defensa comercial y la operación de las aduanas.
Los aspectos más estructurales de la competitividad del sector no se tratan en la propuesta, pues se considera que en la agenda nacional de competitividad se contemplan estos asuntos.
No obstante la necesidad que hay (en un mundo globalizado y en un país que, como Colombia, cada día se abre más a la competencia mundial) de que las medidas propuestas estén enmarcadas en unos propósitos acordes con estas realidades, la agenda presentada por el gremio de los industriales no hace referencia alguna a la importancia fundamental que para el desarrollo industrial tienen la investigación, la tecnología y la innovación y menos aún hace alusión alguna a la imperiosa necesidad de que el país cuente con una política industrial activa.
Pareciera que en el caso de los industriales las urgencias del corto plazo están prevaleciendo sobre la importancia de tener un sector manufacturero altamente productivo y competitivo.
La agenda de solicitudes de los gremios agrícolas, en parte, coincide con las del sector industrial.
En particular, preocupa la situación de la tasa de cambio; se busca que la política comercial, al tiempo que proteja a la agricultura, acelere las negociaciones comerciales con los países de Asia; se pide que se apliquen subsidios directos al productor que reduzcan los costos de producción; se demanda una acción más contundente sobre el contrabando de alimentos y materias primas agropecuarias, y se solicita aumentar las fuentes y los recursos de financiamiento del sector agropecuario.
Contrario a las peticiones de los industriales, los agricultores demandan mayores acciones y recursos en asuntos como la asistencia técnica agropecuaria, el acceso a nuevas tecnología y la construcción de vías y de sistemas de riego y drenaje.
Sin embargo, la agenda propuesta por los gremios agrícolas tampoco hace referencia a un marco de políticas más amplio y comprensivo que asegure no sólo la dinamización de la agricultura colombiana, sino que esta sea más productiva. Esto se vuelve apremiante frente a los calendarios de desgravación arancelaria.
Cabe esperar que el plan de choque que presente el gobierno no caiga en la miopía de ignorar las visiones y los marcos de política que aseguren que la recuperación productiva se consiga sobre la base de una mayor capacidad competitiva.
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