A un golfista, en pleno torneo una gaviota se le llevó la pelota. Sí, el mítico hoyo 17 del TPC Sawgrass, casa de The Players, es reconocido por su belleza, dificultad y curiosidad. Y hoy lo enfrentará Camilo Villegas.
Desde hoy, Camilo afrontará el que es llamado el Quinto Major, un torneo con tanta tradición como los grandes abiertos, y que se jugará en el peculiar recorrido del TPC Sawgrass en Ponte Vedra, Florida.
La curiosidad llega en lancha, pues su hoyo 17 es el más particular en los recorridos de canchas de golf en Estados Unidos, y de por sí en el circuito PGA.
En pocas palabras, el 17 es un green hecho en una isla en un lago del campo TPC. Así es: un punto de salida en tierra firme y el green está en una isla, rodeada a los cuatro costados por agua. Todo para llegar en sólo un golpe.
Parte de su historia la escribió Brad Fabel, un ex golfista de la PGA, que fue el primero en hacer un hoyo en uno en ese lugar (sólo lo han hecho seis), bautizada como Island Green, o El green isla, en español. Hace parte del selecto grupo de apenas seis golfistas que lo han logrado.
Pero Fabel también pasará a la historia por la imagen particular de una gaviota que se llevó su bola cuando estaba en el green de este hoy, en el torneo de 1998.
La gaviota comenzó a arrastrarla por el campo hasta que se cansó y la tomó en su pico. Voló con ella, con la suerte de dejarla caer y terminó, como muchas otras, en el agua. El video se puede ver en YouTube.
La única palabra que podía decir fue 'increíble'. No podía creer lo que estaba viendo. Un panorama de estos será el que afrontará, desde hoy, el colombiano Camilo Villegas Restrepo.
Bolas al agua
La fama del hoyo 17 es tan grande como la del estadio de Bolivia en fútbol, o de los alpes en el ciclismo. Con unos 124 metros de largo, pocos en realidad, este lugar pone en aprietos a todos los golfistas, ya sea por el viento o por su complicado green.
A este hoyo se tiran cerca de 150.000 bolas al agua durante un año, es un promedio de unas tres bolas por jugador, ya que se estima que se juegan unas 45.000 vueltas al año. Hay buzos encargados de recoger las pelotas, que pagan siete centavos de dólar por bola, según anota la revista Golf Digest.
Otro número, esta vez muy deshonroso, es el del local Bow Tway, que necesitó de 12 golpes para terminar ese hoyo en la vuelta del torneo de 2005. Había vientos de 50 kilómetros por hora y tiró cuatro bolas al lago.
Pero el de los anti récords es de un aficionado, Angelo Spagnolo, que necesitó de 66 impactos para terminarlo. Esto ocurrió en un torneo recreativo que buscaba al peor golfista de E.U. Spagnolo se llevó el trofeo, con 245 golpes para terminar el recorrido que normalmente se hace en 72 impactos.
Seguramente no será el hoyo que defina el ganador de The Players, aunque sí puede decidir quién estará fuera de la pelea. No es tan complicado como el 18, el último del campo, pero es el más espectacular del terreno.
Camilo tendrá una oportunidad más de dar espectáculo, esta vez junto al famoso hoyo 17 del TPC.
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