x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

EL RUIDO QUE HACEMOS EN LOS EDIFICIOS

  • EL RUIDO QUE HACEMOS EN LOS EDIFICIOS |
    EL RUIDO QUE HACEMOS EN LOS EDIFICIOS |
28 de octubre de 2012
bookmark

A quienes el sueño no se nos da fácil, como esos que pareciera que tienen un interruptor de encendido y apagado, y adicionalmente se nos espanta como un animal arisco, nos aflige cada día más el nivel de ruido al que nos vemos sometidos en las edificaciones.

Hace tiempo escribí una columna sobre la tortura a la que estaba sometido a causa de mi vecina del piso de arriba, que al parecer tenía delirios de bailaora flamenca, pues se ponía tacones desde las seis de la mañana y creo que hasta barría la casa montada en sus castañuelas de amarrar.

Hace unos meses se mudó y yo ilusionado pensé que por fin iba a oír solamente a quien poco oímos, uno mismo, pero no. La entaconada fue reemplazada por una familia que tengo la sospecha viene de las llanuras de Mongolia, de esas que instalan y desinstalan en una hora su "yurta", bellas casas móviles, porque todos los malditos días a eso de las once de la noche empiezan a mover muebles. Como si fuera poco, y seguramente a causa de las agotadoras labores pastoriles propias de los descendientes de Gengis Kan, estos indolentes y seguramente sordos, no tienen alientos de levantar una silla, pues todo lo tienen que arrastrar de forma que haga ruido, convencidos que siguen viviendo en la estepa de Chi Le y sus vecinos humanos están a varios días de caballo. ¿Quién iba a pensar que íbamos a tener que escribir los manuales de convivencia de las urbanizaciones en idioma mongol?

Pero la desgracia continúa después de las doce de la noche, porque otro vecino, sospecho que prostático el pobre, se levanta con puntualidad inglesa al baño a las dos de la mañana, cuando de nuevo estoy yo logrando conciliar el sueño.

Que vaya al baño no es mi asunto, porque aunque no esté consignado explícitamente en la Carta de Derechos humanos "en verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación", pero lo que es un atentado al orden público es que el que ya no orina de corrido tiene que vaciar el inodoro obligatoriamente, haciéndonos partícipes a todos los que compartimos el mismo buitrón del edificio de su logro miccional.

Confieso que desde que me gradué de ingeniero no he vuelto a leer los códigos de construcción, y debo suponer que hemos avanzado en las normas de sismorresistencia, de redes eléctricas y otras muchas cosas, pero quienes tenemos que vivir "encarrados" en edificios, debemos decir que en los temas de control de ruido no hemos progresado nada.

Los edificios parecen cajas de resonancia en las que el ruido no solo no se evita sino que se transmite por las estructuras.

Las losas son parlantes en las que se siente cuando el vecino de arriba se quita hasta las medias y caen al suelo.

Los muros divisores entre apartamentos solo impiden que nos vean en piyama, pero son amplificadores de sonido.

Concejales, el que se ocupe de esto tendrá mi voto, y diseñadores y constructores, gánense sus sueldos.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD