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El vino de las 700 mil vidas

CUESTIONADO POR INEXPRESIVO, pero vendido cada año por millones de litros y hasta medallista de oro en Bruselas: es el contraste del chileno Gato Negro. Así se elabora, así seguirá creciendo, contado en la viña por el propio enólogo encargado de diseñarlo cada año.

08 de abril de 2011
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Nace en Molina, valle de Curicó, a unas dos horas largas de Santiago, en campos enormes, donde se acaban los ojos y hay más y más parras, cargadas de uvas que dan materia prima para un vino que entre nosotros suele ser mirado de reojo, hasta con poco aprecio, pero que en las cuentas del negocio hace fiesta año por año.

Es Gato Negro, en producción desde los 60 y generador de ventas récord: 38 millones de litros al año en 80 países, algo así como tres descorches cada dos segundos, aquí o en China ¡Les dije, hace fiesta!

Los conocedores lo definen como un "vino para consumo cotidiano", "para compartir en cualquier ocasión"; los clientes compran y repiten, en Colombia reporta Sebastián Toro, de Dislicores, que son 700 mil botellas por año; pero otros, los del reojo, lo cuestionan: que sencillo, que dice poco en gusto y olfato...

Lo que me explican es que Gato Negro es de otro estrato. Tenemos unos que por las zonas, las parras y las uvas de donde provienen, su sistema de cosecha, manual, ultraselectiva, y su forma de elaboración, con guarda en barricas de roble. Son premium, para descorchar en ocasiones especiales, incluso de colección. El precio, alto, los identifica.

Hay un nivel medio y luego sigue el renglón "consumo cotidiano". ¿Malos? no, distintos. Un Twingo no clasifica en la Fórmula 1 y eso no lo define como un mal carro.

Hablando con el jefe
Tiene nombre de árbitro chileno, pero a este Carlos Chandía sí le quedé guardando aprecio. Su misión es diseñar desde hace 4 años los Gato Negro, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Carmenere y Malbec, este elaborado con uvas cosechadas en Argentina; los Gato Blanco, Sauvignon y Chardonnay, y el Rosé.

Lo pillé ocupado, yendo entre la viña y la bodega, porque se acercaba la época de vendimia, igual supo destinar tiempo para hablar de sus hijos. "Los Gato Negro no los hacemos como los enólogos quieren, es, al contrario, el vino del consumidor. Cada botella sabe expresar las uvas con que fue elaborada y siendo amigable no es dulce".

Indagado sobre el sello que le imprime y el resultado que busca generar en la copa, Chandía explica que "Gato Negro se sabe comportar con los nuevos consumidores y con los expertos. La idea es ofrecerles un producto atractivo, amable y que no les quede chico a quienes ya tienen muchas botellas en su historia de descorches".

Viña San Pedro, dueña de la marca, exhibe con orgullo medallas de oro como la obtenida en el Concurso mundial de Bruselas 2009, al Cabernet Sauvignon, o los 83 puntos en la clasificación de Wine Spectator 2008 al Sauvignon blanc. "Comenzó siendo un subproducto, pero ahora, para mejorar la calidad, le destinamos cuarteles en la viña y uvas especiales", apunta el ingeniero con experiencia en vendimia en Francia, en Chateau Peneau.

¿Y es el mismo Carmenere el que exportan a Londres que el que compramos en Colombia? "Seguro", afirma el enólogo: "El desafío es producir con calidad y coherencia".

"El mejor del mundo..."
Toro, de Dislicores, califica Gato Negro como "amable, fresco, versátil, apto para quien comienza en el mundo del vino y, sin duda, líder del mercado", además reporta la meta de ventas este año para Colombia: subir de 700 mil a 1 millón de botellas.

El bloguero y twittero @antociano, desde Venezuela, señala su mérito de haber ayudado a que en su país se pensara más en el vino como opción para las diferentes ocasiones y, si bien entre los de su estrato prefiere el Fuzion, de Zuccardi, lo destaca como "fácil de beber, económico y de diseño de etiqueta amigable".

También en Venezuela, la sommelier Vanessa Barradas apunta que "está muy bien elaborado, es equilibrado y no posee ningun defecto. Mi favorito es el Cabernet Sauvignon, que me encanta acompañarlo con perro caliente".

Un Gato Blanco con unos buenos langostinos al ajillo, propone Carlos Julio Hincapié, seguidor del grupo de Facebook Vino Gato Negro.

¿El volumen de ventas define la calidad de un producto? ¿El precio establece qué vale la pena y qué descartar? Pues en otros mercados es posible que así sea, pero en vinos una regla de oro traza la ruta y nos descomplica la vida: el mejor vino del mundo es el que a uno más le guste: un Gato, un Chateau Peneau, un Fuzion, o un The Little Penguin.

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