La aparente fortaleza que habían mostrado familiares, amigos y compañeras en el corto velorio que se le brindó a Eliana se derrumbó como un castillo de naipes cuando su cuerpo llegó al cementerio de Itagüí.
De los ojos de la mayoría de los más de un centenar de personas que la acompañaron hasta el cementerio afloraron las lágrimas de tristeza y dolor, que hasta ese momento se habían podido contener.
En la casa de la abuela, donde se preparó una ofrenda mientras llegaba el cuerpo de Eliana, sus compañeras del colegio la Sagrada Familia-Aldea Pablo VI, del barrio Santo Domingo, la recordaban al igual que las vivencias.
"Era alegre, rumbera, le gustaba mucho el deporte, ir al gimnasio, muy tranquila y muy responsable. Siempre se preocupaba por pagar lo que debía", cuenta Juliana.
Yomara otra compañera y con una de las que todavía compartía, recuerda que Eliana estaba muy contenta porque iba a salir ese día con Santiago, como decía que se llamaba el policía.
"A mí sí me pareció muy extraño que una vez que salimos con él, se desapareció como tres horas. Cuando llegó no dijo nada y ella tampoco le preguntó, porque era demasiado tranquila", contó una de las compañeras.
Recordaron cómo le gustaban los bebés y como hablaba de su primito Jerónimo. De cómo quizás, no le gustaba sentirse sola, pues en su pieza había dos camas, muchos peluches y afiches de Nacional.
Cuando arribaron con el féretro y antes de que llegaran por ella para llevarla al cementerio se situaron alrededor de ella y le leyeron el mensaje que entre todas prepararon: "...Con un calor implacable y vos siempre con esa bufanda que te acompañó hasta el final del colegio. Tantos encuentros donde se suponía serían para hacer tareas, terminaron en algos y chistes hasta el cansancio. ¿Quién no te conoció Eli?, ¿quién no dijo qué muñeca tan charra, qué mujer...
Serás y nunca terminaras de ser esa amiga, la que nunca olvidaremos".
Y aunque encontrar el cuerpo de Eliana despejó algunas dudas, Raúl Ayala, allegado a la familia, pidió a la Fiscalía que ayude a esclarecer los hechos, pues aún quedan muchos interrogantes por resolver.
Además, espera que se encuentre el cuerpo de Lina, la amiga y compañera de trabajo de Eliana, a la que su padre Gildardo Henao, busca sin sosiego, en el río Porce.
Lo propio hacen los organismos de socorro de Medellín en el río Medellín, pero ayer no hubo resultados. "Estamos haciendo recorridos sobre el río durante todo el día, pero sin éxito hasta ahora", expresó Camilo Zapata, director del Simpad.
En el cementerio, antes de depositar el cadáver de Eliana en la bóveda, las palabras de dolor de Ruth, su madre, expresadas en un mensaje leído por Yomara, hicieron más dura la triste despedida... Decía que ayer seguía buscándola "en el sonido del viento, en la soledad de mis horas, en un rayito de luna, en el silencio de la noche y en el rocío de la madrugada... porque te extraño Eliana, porque me haces falta...". Y cuando acabó la lectura, Ruth dejó escapar un grito desgarrador, "¡por qué me dejaste sola Eliana!".
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