Siempre se ha sabido que los antioqueños son hábiles para los negocios y que su empirismo les ha llevado a montar empresa con poco para ganar mucho. Pero esa cualidad tiene de fondo una bajísima formación académica así como la carencia de competencias cruciales en el manejo de las empresas, sobre todo de las Pymes, de cara a los retos que impone una economía globalizada.
Así se desprende de la caracterización que acaba de publicar la Cámara de Comercio de Medellín en la última edición de la Revista Antioqueña de Economía y Desarrollo (disponible en www.camaramedellin.com.co).
Su autora, Alina Patricia Londoño Osorio, profesional de Investigaciones Económicas de la Cámara, presenta las conclusiones de una encuesta a 374 empresarios de cinco subregiones sobre su formación académica. Los resultados son más que preocupantes (ver gráfico).
'Do yu espic inglis'
Solo el 2 por ciento de los consultados tiene posgrado, el 23 por ciento ha cursado alguna carrera de educación superior y el 64 por ciento manifiesta que ha recibido algún tipo de formación en emprendimiento.
A eso se suma que apenas el 5 por ciento maneja un segundo idioma. "Esto llama la atención respecto al limitante que impone esta debilidad para la expansión de las ventas en mercados internacionales", concluye la publicación. Y con todo, cerca del 30 por ciento de los empresarios no manifiesta interés en recibir servicios de capacitación y formación.
Al respecto, el director en Antioquia de la Asociación Colombiana de Mipymes (Acopi), Miguel Echeverri Chavarriaga, señala que el empirismo es parte de la generación de conocimiento pero se ahorra tiempo, plata y errores si hay competencias académicas frente al quehacer empresarial.
"Los pequeños y medianos empresarios deben ganar agilidad en la toma de decisiones, trabajo en equipo y temas técnicos como costos, calidad, gestión financiera y planeación estratégica, en eso somos débiles", concluye el líder gremial.
Ahora bien, es entendible que haya una baja formación, teniendo en cuenta que la gran base productiva antioqueña, en su 91 por ciento son microempresas que se han hecho a pulso y crecido acorde a las oportunidades de mercado local y regional.
Pero el secretario Técnico del Comité Universidad-Empresa-Estado, Jorge Jaramillo Pérez, llama la atención sobre un hecho indiscutible: "Un empresario que apenas tenga un bachillerato, difícilmente valorará las potencialidades de la investigación y el desarrollo tecnológico como fuentes vitales para la innovación, base de la competitividad".
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