Dos bacterias existentes en el país fueron secuenciadas por primera vez en un laboratorio nacional con personal colombiano.
Se trata de una cepa muy virulenta de Mycobacterium tuberculosis, que causa la tuberculosis y que fue tomada de un paciente un el Valle de Aburrá.
La otra es una cianobacteria que vive en un ambiente extremo, a temperaturas elevadas en una laguna colombiana.
La secuenciación de los dos genomas, proceso que tardó seis días, se realizó en el nuevo Centro Nacional de Secuenciación del Genoma, reveló Juan Fernando Alzate, director. El Centro funciona en la Sede de Investigación Universitaria de la Universidad de Antioquia.
La bacteria de la tuberculosis tiene 4,4 millones de bases, mientras que los primeros análisis revelan, para sorpresa, que la cianobacteria tendría 16 millones de letras y se trataría de un microorganismo nuevo para la ciencia. Esta información debe ser confirmada.
Con estos organismos, los primeros que se secuencian en el Centro, inaugurado hace poco y que cuenta con el apoyo de Colciencias y la firma Roche, se cumple el doble objetivo de examinar la biodiversidad colombiana y contribuir a la salud de la población.
La M. tuberculosis fue obtenida de un extenso estudio sobre la enfermedad en el medio, realizado por el Grupo de Inmunología Celular e Inmunogenética entre 2005 y 2009 y que dentro de la radiografía de la tuberculosis en la región, aisló una bacteria que provocaba mayor mortalidad celular, lo que sugiere que es más agresiva, explicó el investigador Luis Barrera.
Esta bacteria es de la familia Lam, que se da mayoritariamente en Latinoamérica.
Este grupo de Inmunología fue el que obtuvo el ADN que fue secuenciado.
La cianobacteria, que fue hallada por el grupo de microbiología de Juan Pablo Niño en un termal, vive en un ambiente extremo, a temperaturas por encima de los 60, 70 grados.
En el CNSG lograron obtener su ADN purificado y secuenciarlo. Análisis preliminares mostraron que podría tener genes diferentes a los de otros organismos estudiados, lo que sugiere que se trata de otra especie o quizás de un nuevo género.
La secuenciación es apenas un primer paso. En el caso de M. tuberculosis, como existen genomas de referencia, con mayor facilidad se ensamblará la secuencia completa de los trozos secuenciados, anotando los genes y se comparará para ver posibles diferencias.
En el caso de la cianobacteria se buscará identificar los genes y estimar las diferencias macro con referentes internacionales, analizarlos y precisar qué funciones cumplen.
Para el ensamblaje y la anotación se requiere una red de computación superpoderosa.
Ahora viene el trabajo dispendioso, que puede tomar años. No sólo la interpretación sino la aplicación de lo encontrado.