“No existe ningún lugar en el mundo donde un gobierno, supuestamente de una manera inclusiva -donde primara nada más un top- down, aunque yo creo que sí existió una inclusión bottom- up, una mediación entre ambos-, decidiera invertir de una manera contundente, sin precedentes, en las partes más pobres de la ciudad, confrontando la desigualdad y uniéndola de manera creativa”, expresó el arquitecto urbanista Teddy Cruz.
Tiene muy claro, como pocos colombianos, lo que significa el proceso de transformación urbanístico de Medellín, un proceso que estudia desde años atrás y que hoy aplica en su trabajo en la compleja frontera entre Tijuana (cuya alcaldía la convirtió en un Laboratorio Urbano) y San Diego, California.
El ganador de incontables premios en arquitectura y urbanismo, que hoy comparte escenario con el diálogo Arte y Ciudad, en el Museo de Arte Moderno de Medellín, confiesa que a diferencia de muchos otros lugares del mundo, donde el arte y la cultura se ven como algo superfluo, “aquí se diseñaron no solo espacios sino también los contenidos”.
Creo que, como afirma el curador Carlos Uribe, el arte es un instrumento cognitivo para tener acceso a la comunidad. Aquí el arte se entiende como un instrumento de conocimientos; se logró coproducir la ciudad, “co-curar” con las comunidades.
Aclara que esto no suele suceder en otras ciudades. En Estados Unidos, por ejemplo, se cree que el espacio público es solo un espacio de embellecimiento -“beautification”-. “lo que pasó aquí no solo fue eso. Fue el hecho de que el espacio público se designó como un espacio del conocimiento. El espacio público educa. Y para ser sustentable no solo tiene que ser bello sino que tiene que estar inyectado con recursos y contenidos”.
¿Y quién diseña esos contenidos? “Una curaduría transversal, como me dijo Ana Ochoa en Parque Explora, para poder crear los contenidos de una manera colaborativa entre la comunidad, el Gobierno y la filantropía cívica”.
Teddy Cruz sabe bien lo que ha pasado en Medellín, y por ello es consciente de que aún falta mucho por hacer, empezando por asegurar la continuidad de los programas y por darle más cabida a las comunidades.