A diferencia de las 10 familias que ya evacuaron en Palmas de Cataluña, José Luis Vallejo no tiene para dónde irse con su esposa, cuatro hijos y ocho perros. “Tenemos que invocar al Señor para que no nos eche más agua”, exclama este hombre en tono jocoso pero con gran susto, más en esta mañana lluviosa, cuando el enemigo de barro que los acecha desde hace 12 años amenaza con derretirse y arrasar sus casas.
Cada invierno, los habitantes de la parte alta de esta urbanización de La Milagrosa, en el centroriente de Medellín, tiemblan. Recuerdan los deslizamientos que cayeron en 2005 y 2008, sin víctimas mortales.
Su temor es entendible. Tanto, que en la urgencia manifiesta que declaró el alcalde Alonso Salazar Jaramillo el viernes 29 de abril, Palmas de Cataluña y Villa Turbay figuraron como los dos casos “que ameritan especial atención”, debido a las fuertes lluvias de los últimos días.
Pero “no somos víctimas del invierno, sino de las omisiones de la constructora Bolívar y del Municipio”, aclara Ángela Garcés, líder de los vecinos perjudicados.
El pasado martes 12 de abril una roca se desprendió y tumbó parte del muro de contención que la constructora elevó en 1999, para proteger a los pobladores. Según la comunidad, el susto fue tan grande que 50 personas de 10 familias se marcharon. “Mi perro Mogollo lloraba todas las noches”, relata Ángela. Ella, Arnoldo Cardona, su esposo, y la mascota, se fueron para la casa de una amiga en El Salvador, también en la comuna 9.
Desde aquel día, Clarivel Ríos Vélez empacó sus corotos. Esta profesora chocoana compró su casa en el 2000, en la carrera 25A con calle 34, justo al frente del lote que tanto los atemoriza. Ella vive con su esposo, Luis Enrique Rincón, y su hija Elizabeth, y está en trámites para ver si una amiga de Loreto los aloja unos días.
Ese martes, a las 11:00 de la mañana, “pegué un grito, fue espantoso, se vino una piedra y un remolino de lodo”, recuerda esta mujer. “Doce años de lucha”, agrega José Luis.
¿Un mal llenado?
Voceros de la comunidad señalan que los desprendimientos de material del terreno que está arriba de sus viviendas, que es del Municipio, se deben a que la constructora Bolívar, luego de edificar la urbanización, llenó parte de esta montaña con escombros.
John Jairo Arango Restrepo, otro habitante de Palmas, argumenta que con el peso extra que se depositó, las aguas cambiaron su forma natural de correr y ahora se filtran, lo que, según él, impulsa los movimientos de masa.
Ante ello, Sergio Rodríguez, representante de la constructora Bolívar en Medellín, responde que un llenado con escombros ocasionaría un movimiento de masa grande, pero el terreno está “muy estable”.
Rodríguez indicó que en los primeros días de 2011, tras una publicación de este diario que alertó sobre el problema, su despacho envió a un funcionario a la zona, que encontró que las “cañuelas” y los terrenos estaban bien.
También informó que, por la reactivación del invierno, una ingeniera visitó la urbanización la última semana de abril. De acuerdo con él, ella expresó que hay una roca “que está aflorando y hay cunetas que están sin mantenimiento. Fue una información preliminar, pero quiero una topografía detallada, elaborada por un geólogo o un ingeniero de suelos”. Y apuntó: “haremos lo que toque” para evitar una tragedia allí.
¿Y la Alcaldía?
Además de la constructora, los afectados se quejan de la “negligencia” por parte de la Alcaldía para atender sus quejas.
Conocimos un documento del 3 de septiembre de 2008, en el que el Departamento Administrativo de Planeación sostiene que la constructora Bolívar elevó un muro de contención a finales de los 90, “en razón de las excavaciones realizadas para el desarrollo de la urbanización, lo que generó un lleno antrópico o depósito de material no autorizado por el Municipio de Medellín”.
También se lee en este documento que funcionarios de la Unidad de Servicios Públicos, Medio Ambiente y Geología visitaron el sitio en junio de 2008 y constataron la reactivación de un movimiento en masa sobre el costado sur de las manzanas delimitadas entre las carreras 24 y 24C, por calle 34.
Este papel se lo dirigió la Alcaldía de Medellín a Sergio Rodríguez J., en representación de la constructora Bolívar. En él también quedó plasmado que la Unidad recomendó, entre otras acciones, sellar las grietas, limpiar las cunetas y sobre todo evaluar si el muro de contención es capaz de soportar los empujes que ejerce la masa de suelo sobre él, y analizar la posibilidad de realzar este muro.
Sobre esto, Rodríguez respondió que la constructora Bolívar Medellín S.A. se liquidó “hace mucho tiempo, hace cinco o seis años”, y “no sabría responder sobre las recomendaciones que le hizo la Administración Municipal”.
Desde el 2000, el Sistema Municipal de Prevención y Atención de Desastres (Simpad) ha hecho varias visitas al barrio, en las que adelantó acciones de mitigación en drenajes y estabilización del talud.
Su director, Camilo Zapata Wills, informó que la entidad recomendó la evacuación de seis casas temporalmente. Sin embargo, la comunidad aseguró que son 10 las familias que partieron.
El Simpad visitó la zona este miércoles 4 de mayo. "Tenemos un contratista para intervenir los sitios que lo requieren de manera inmediata. Desde ayer empezamos trabajos y hoy llegó la maquinaria para obras de mitigación. El contratista también está haciendo estudios y diseños para plantear qué obra definitiva se debe ejecutar", afirmó Zapata.
Este funcionario indicó que solo cuando estén los diseños se podrá calcular tiempo y costos de las obras definitivas, y agregó que podrían durar varios meses.
También dijo que las familias a las que se les recomendó evacuar recibirán ayuda humanitaria por parte de la comisión social, según cada caso, y subsidio de arrendamiento.
Quizás estas acciones mitiguen un poco el miedo de la gente de Palmas de Cataluña. Allí, la mayoría de las casas no están aseguradas, cuestión que, según Sergio Rodríguez, no corre por cuenta de la constructora, sino de cada propietario.
José Luis, Ángela, Socorro, Clarivel, Carlos Mario... Nombres que suenan fríos, como si todo estuviera tranquilo, pero identifican a los dueños de un drama que no quieren convertirse en protagonistas de una tragedia.