Fundación no sale del shock. En las calles del caluroso municipio del norte de Magdalena el luto se siente en cada esquina. No hay música, no hay risa entre sus habitantes, no hay sosiego tras la escabrosa tragedia.
Parece que a este municipio de 57 mil habitantes le arrebataron la alegría. En cada esquina de la localidad se escuchan los murmullos de aquellos que siente la tragedia como propia. Hay silencio.
"Este es un pueblo distinto. Estos es lo más trágico que he visto en mi vida", cuenta Jorge, un humilde hombre que se gana la vida transportando personas en un mototaxi.
"Mi mujer está muy mal por lo que pasó. Piensa que uno de nuestros 'pelaos' puede ser el que iba en bus", acota el hombre de contextura delgada y mientras se moviliza por las inestables calles de Fundación.
Jorge tiene cuatro hijos que no sobrepasan los 15 años y por eso siente ese pálpito de padre que pueden tener en estos momentos las familias de 33 pequeños que perecieron el pasado domingo tras el incendio del bus en el barrio Altamira.
El calor y la humedad golpea con 38 grados al mediodía en este pueblo del norte del Magdalena y afincado a un costado de la vía a Valledupar.
Acompañamiento
En el barrio Altamira ya no hay lágrimas para llorar a sus niños. El dolor tan intenso se refleja en rústicas casas que se devora el inclemente clima. A las afuera, familias enteras esperan por la llegada de los cuerpos de los niños que han sido identificados en Barraquilla, donde se realizan las pruebas de ADN.
"Todo estaba previsto para que mañana (miércoles) los cuerpos llegaran a Fundación y se hiciera un sepelio colectivo, pero las familias dijeron que preferían esperan los días que fueran y lo que se tardara la identificación definitiva para ellos saber que efectivamente el papá iba a enterrar a su hijo", señaló la alcaldesa de Fundación, Luz Stella Durán.
Y es que más allá de la situación de zozobra que se vive en Barranquilla a la espera de la identificación de los cadáveres, en Fundación los pobladores esperan el retorno de los "angelitos" como le dicen para despedirlos con homenajes.
Mientras tanto, en una brigada de salud dispuesta por la Alcaldía Municipal y el gobierno departamental de Magdalena, profesionales médicos se encargan de tratar a los pequeños del barrio Altamira y a sus familias con ayuda sicológica.
"Tenemos un equipo de sicólogos integrados por personal de la Policía, de Bienestar Familiar, del Departamento de Salud del Magdalena, Cruz Roja y otras entidades que se han vinculado y esos grupos van a las casas de las familias de donde ocurrieron los hechos y les facilitan manejar ese duelo que tienen ellos", precisó la Alcaldesa.
Revisión a vehículos
En una de las vías principales de Fundación hay una estructura gigante. Para muchos incautos apareció de la noche a la mañana, otros saben muy bien lo que es: una unidad de revisión técnico mecánica de la Policía de Carreteras.
Luego del grave accidente que se produjo el pasado domingo, la Policía ordenó la instalación de esta unidad para supervisar el estado de los automotores que circulan dentro y fuera de la localidad.
El brigadier general Carlos Ramiro Mena, director de la Policía Nacional de Tránsito y Transporte, señaló que endurecerán los operativos para que estos lamentables hechos no se vuelvan a repetir.
"Hay muchos requerimientos de alcaldes de otras localidades y de otros municipios que tiene el control a través de los guardas y estamos haciendo un cronograma de trabajo, porque ojalá tuviéramos la cantidad de estas unidades control técnico mecánico para tenerlos en cada población. Solamente en el 2014 en el departamento del Magdalena se han inmovilizado más de 300 vehículos por no tener la revisión, no por tener el Soat o por no tener licencias de conducción", señaló el alto oficial.
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