La Fundación Social Macoripaz, de Riosucio (Chocó) y la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, que trabaja en el sur de Bolívar, y el área de Yondó, en Antioquia, fueron las ganadoras del Premio Nacional de Paz 2010.
Este galardón es otorgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, El Tiempo, Caracol Radio, Caracol Televisión, Revista Semana y la Fundación Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol).
De las 114 postulaciones recibidas para el premio este año, los jurados resaltaron las de estas organizaciones por promover el desarrollo económico y social en sus regiones.
Los galardonados
La Fundación Social Macoripaz, de Riosucio (Chocó), está conformada por un grupo de mujeres desplazadas y viudas a causa del conflicto armado. Su situación las unió para cambiar el destino de sus hijos y de su comunidad.
El jurado calificador aseguró que desde 2003 esta organización se ha convertido en un factor determinante "del desarrollo económico y social de esta población del Chocó, promoviendo la creación de pequeños negocios, la educación de niños y jóvenes y espacios de práctica deportiva y cultural".
Por su parte, los calificadores consideraron que la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (Acvc) trabaja en con "una población rural de 25 mil personas" que constituye la base de esta asociación.
La Acvc "promueve desde los años noventa el desarrollo sostenible de las comunidades asentadas en la zona de Reserva Campesina en el Magdalena Medio. Su trabajo se basa en la defensa de la vida y del territorio, su vocación agrícola, la protección del medio ambiente, la vivienda digna y el acceso a la salud, la educación y la justicia", explicó el jurado.
En su décima segunda convocatoria, el Premio Nacional de Paz otorgó además una mención especial a la Corporación VallenPaz, del Valle del Cauca y un premio honorífico a los obispos Nel Beltrán, de Sincelejo; y Luis Augusto Castro de Tunja y Leonardo Gómez Serna, de Magangué.
Desde su creación, en 1999, el Premio Nacional de Paz se instituyó ha como un instrumento para promover la humanización, la solidaridad y el entendimiento civilizado entre los colombianos. Cada año se otorga a una o varias personas o entidades que contribuyan de manera destacada a concretar y desarrollar procesos de paz locales, regionales o nacionales, que aporten a la solución del conflicto armado.
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