Que las artes escénicas le pondrán los ojos cuadrados, lo dejarán con el corazón agitado, pensando, sonriendo, pidiendo que otra obra más y aplaudiendo hasta que las palmas le queden rojas. La fiesta de las artes escénicas empezó el sábado y se queda con todos los días de esta semana. Y es literal, es una fiesta de puro arte.
Para la muestra, el botón del sábado. Las calles, desde el Teatro Pablo Tobón, toda La Playa y hasta la Plaza de Botero, se llenaron de máscaras, disfraces, personajes que se rieron con la gente, que les hicieron caras, les echaron el cuento, les bailaron y los hicieron bailar.
El desfile de inauguración fue solo el abrebocas de la Sexta fiesta de las artes escénicas: música folclórica en vivo, danza, teatro callejero y al final, un performance de estatuas humanas y un rito de iniciación musical, que lo realizó Barrio Comparsa.
La idea de esta semana, como explica Sergio Dávila, comunicador y uno de los organizadores, es "mostrar qué se está haciendo local y nacionalmente. Es un festival con el que buscamos que Medellín tenga su espacio para las artes escénicas".
Algo así como un festival de teatro, sabiendo que en Medellín hay tantos grupos y tantas personas jugándosela con él. Sin embargo, la necesidad va más allá y por eso había que abrir el espectro a otras áreas como la danza, la música, los artistas, las comparsas.
"Es nuestra gran celebración para recordarle a toda la ciudad que las artes escénicas son una fiesta para ser vivida", expresa Sergio.
Y las palabras sobran cuando hay un disfraz de por medio. El mensaje es claro: encantar a grandes, a niños, a jóvenes, a medianos, a gruñones, a felices, a infelices, a todos.
Esa magia que solo tiene el arte
La fiesta empezó en los años 90, como una feria de un día, donde los grupos de teatro montaban su estand y vendían sus propuestas.
Se hicieron varias, pero, dice Sergio, se extinguió y Medellín quedó sin un espacio para contar cuál era la oferta.
Así que en el 2002, gracias a que los grupos de la ciudad se dieron cuenta que necesitaban crear públicos, espacios y ayudarse mutuamente, empezaron a trabajar y crearon una sala de artes escénicas. Aparece Medellín en escena, en la que hoy participan 18 salas.
De su trabajo ya no retomaron la feria, sino que la volvieron fiesta, hace tres años, cuando empezaron con la cuarta edición. Y decidieron que debía ser una semana solo para pensar en artes escénicas.
De ahí que estos días usted pueda disfrutar del trabajo de las 18 salas de Medellín, más 14 grupos nacionales de Bogotá, Manizales y Cali, y cuatro grupos internacionales de Irán, Ecuador, Cuba y Venezuela.
Podrá escuchar tango, flamenco, y hasta un experimento entre la danza contemporánea, la música colombiana y el jazz. Es más, hasta teatro y cocina y, por supuesto, muchas obras para ver.
"Ésta es una fiesta participativa e incluyente", afirma Sergio. De ahí que las puertas del teatro estén abiertas, para que las luces se prendan, el telón se suba y su corazón se conmueva. La silla, lo está esperando.
Pico y Placa Medellín
viernes
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