El subsecretario de Estado de E.U, William Burns, expresó este lunes el compromiso de su país a ayudar a los egipcios en "esta segunda oportunidad para lograr los objetivos de la revolución y establecer un estado democrático".
En la primera visita de un responsable estadounidense desde la destitución del presidente islamista Mohamed Mursi, Burns analizó los recientes cambios en la escena política egipcia con el presidente interino, Adli Mansur, el primer ministro, Hazem el Beblaui, y el ministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas egipcias, general Abdel Fatah al Sisi.
La visita de Burns coincidió con masivas protestas contra las nuevas autoridades y en apoyo a Mursi, que tuvieron su epicentro en la acampada establecida en la plaza de Rabea al Adauiya, en el este de El Cairo, y se intensificaron tras la ruptura del ayuno de ramadán al caer la noche.
En las reuniones de Burns con los nuevos responsables egipcios se abordó la hoja de ruta diseñada para el proceso de transición que comenzó el pasado 3 de julio, cuando el Ejército destituyó a Mursi tras masivas manifestaciones para pedir elecciones anticipadas.
El subsecretario de Estado de E.U instó a que esta etapa de transición sea "transparente e inclusiva" y afirmó que el "diálogo continuo sin excluir a ninguna parte" permitirá a los egipcios reformar la Constitución y celebrar elecciones.
El pasado día 8, Mansur emitió una declaración constitucional que prevé una reforma de la actual Carta Magna -suspendida por los militares- y estipula un calendario para la celebración de comicios parlamentarios y presidenciales a comienzos del año que viene.
En una rueda de prensa en la embajada de E.U en El Cairo, Burns rechazó que su país apoye a un determinado bando, tras las acusaciones de los opositores a Mursi de que Washington respaldó la llegada de los Hermanos Musulmanes al poder.
El responsable estadounidense reconoció la preocupación de Washington ante los recientes cambios, pero indicó que los egipcios comprenden que la prioridad es acabar con la violencia e iniciar un diálogo serio entre todas las partes.
Burns condenó también los actos de violencia registrados en las manifestaciones y pidió a las Fuerzas Armadas que eviten la detención de cualquier persona por motivos políticos, en alusión a las ordenes de arresto contra dirigentes islamistas dictadas por la Fiscalía egipcia.
La Casa Blanca aún no ha decidido si considera el derrocamiento de Mursi como un golpe de Estado, lo que le obligaría por ley a suspender la ayuda a Egipto, que asciende a 1.500 millones de dólares anuales.
Mientras, cuando se cumple una semana de la masacre frente a la sede de la Guardia Republicana en la que murieron 51 personas en choques entre islamistas y miembros de las Fuerzas Armadas, decenas de miles de partidarios del presidente depuesto volvieron a tomar las calles.
Con lemas como "fuera Al Sisi, Mursi es mi presidente", los islamistas efectuaron marchas con las que cortaron varias vías, como el puente 6 de octubre, donde las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
En Rabea al Adauiya, el miembro de la ejecutiva del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de la Hermandad, Farid Ismail, dijo que las manifestaciones serán "pacíficas", aunque no descartó que se acerquen entrada la noche a la sede de la Presidencia o de la Guardia Republicana.
Ante los temores a que los manifestantes acudan a la sede de la Guardia Republicana, las fuerzas de seguridad desplegaron vehículos blindados para proteger la zona.
Ismail subrayó también que rechazan cualquier diálogo con los militares, desde una sala anexa a la mezquita de Rabea al Adauiya, en una de cuyas habitaciones se esconden miembros de la cúpula de los Hermanos Musulmanes buscados por la Justicia.
Este integrante del PLJ reiteró que para iniciar conversaciones se deben cumplir sus demandas: la restitución de Mursi, de la Constitución y de la Cámara alta del Parlamento, así como la anulación del golpe de Estado y sus consecuencias.
Sobre los dirigentes de la Hermandad, entre ellos su líder supremo, Mohamed Badía, pesa una orden de arresto dictada por la Fiscalía General egipcia, que también decidió este lunes congelar temporalmente sus fondos.
En una nueva decisión que aleja las opciones de reconciliación, la Fiscalía General egipcia emitió hoy nuevas órdenes de detención contra líderes islamistas por su supuesta implicación en los recientes actos de violencia.